domingo, 9 de febrero de 2014

Yo y mi profundo odio a escribir.

Durante un tiempo me escondí, decidí apagar el sonido del grafito al bailar sobre las hojas. ¿por qué? Se me ocurren muchas respuestas, el estúpido miedo de no mejorar lo que ya había logrado, el miedo de no cumplir, no sólo las expectativas de los demás, si no con las mías. También me sentí en un hoyo, no tenía ideas y cualquier cosa que se me ocurría la menospreciaba, la hacía menos y la enterraban en un estante sin tomarle aprecio. Pero lo más importante, por la necesidad de escuchar, en vez de hablar tanto, quería escuchar todo a mi alrededor, esperar y descansar, para entender que cualquier cosa que escriba, estará bien, porque nunca me gustará nada de lo que escribo, pero dentro de mí, estaré seguro que es algo bueno.

Porque odio escribir y que la gente sepa lo que en realidad puedo llegar a ser... Y al mismo tiempo lo amo, porque de esa forma, se, lo que yo puedo llegar a ser.