sábado, 26 de octubre de 2013

vengo en noviembre

Y hoy, repican las campanas,
Me despiden en plan solemne,
En el mismo lugar oscuro,
Donde quise volver a verte.

Escucho sususrros,
Percibo el olor a sal.
Encantos y embrujos,
Que por fin dejaré atrás.

Pues abruma horriblemente
El olor a crisantemos,
El llorar que de mi gente
Sale como tristes rezos.

El sentimiento de paz
Que ahoga como yunque
Aquel odio a mi deidad,
Que no sé por qué me fluye.

Si todo esto es normal,
Pasan miles cada día.
Es el orden natural,
Donde la vida termina.

Y hoy repican las campanas,
Comenzaré mi camino,
Hacía el paraje alejado,
De todo lo que he vivido...

lunes, 30 de septiembre de 2013

Llevame lejos (versión completa)

el colectivo llevaba una velocidad relativamente alta, me llevaba por la misma ruta desde hace tres años, tiempo en el cual no había cambiado el aspecto del trayecto en lo más mínimo. comúnmente dormía, me perdía en mi celular o trataba de terminar los deberes escolares inconclusos, que dejaba por descuido o irresponsabilidad del día anterior. pero ese día me mantuve despierto y atento a la vista que se apreciaba mientras hacía mi trayecto a la universidad.

Sentado a mi izquierda un pequeño niño no mayor de 7 años me miraba de una forma que, ciertamente, me incomodaba. su sonrisa era plena abarcaba cada centímetro de su rostro, podría pensar que con su sonrisa, sería capaz de iluminar cualquier lugar que quisiera. sus ojos eran muy grandes, saltones, de un color café-verdoso muy extraño y cabello de color castaño claro. le sostuve la mirada un par de segundos, incapaz de no devolverle una sonrisa a aquel niño pero casi inmediatamente giré hacia la ventana y centré mi atención en lo que podía verse a través de ella. vi pasar uno que otro auto, edificios y calles. al cabo de un rato el colectivo se detuvo en un semáforo junto a una pared donde había un bello graffiti de 3 aves muy detalladas: Del lado izquierdo una guacamalla con las alas replegadas y bañada en un color verde metálico con detalles amarillos, rojos y azules. De lado derecho un águila real de alas plegadas y un tinte café de tono mate. Entre aquellas imponentes aves un pequeño gorrión de color amarillo metálico, reposando con muchísima tranquilidad, sin importarle ni la presencia de las otras aves, ni la mirada de asombro por parte de los transeúntes.

Regresé la atención hacía el pequeño, fue entonces que me extrañó el número de pasajeros del colectivo, sólo estábamos, el niño, un par de personas en los asientos de atrás, el conductor y yo.

- oye niño ¿con quién vienes? - le pregunté extrañado por su soledad.

- cuéntame una historia - me respondió el pequeño niño de playa amarilla y pantalón azul.

Me extrañó su respuesta así que insistí con mi cuestionamiento. Él insistió con su respuesta así que recordé el mural y comencé:

- había una vez, un pequeño gorrión pecho amarillo cuya ala no tenía suficiente fuerza para levantar el vuelo, por está razón, los demás gorriones lo excluían de la parvada y todos las demás aves también lo hacían. Un día, un águila y una guacamaya arribaron al gran árbol de los ancianos, que era el hogar de todas las aves...

Sentí un golpe seco en el costado derecho, fui impulsado de manera dolorosa en dirección contraria. Sentí algo frío contra mi cara, inmediatamente después comencé a sentir un dolor sofocante en todo el cuerpo. Parecía que el colectivo se había volcado, al estampar las ventanas contra el pavimento todo se detuvo: el tiempo, mi sangre, mi respiración. Sólo cerré mis ojos y dejé que la inercia me llevará a cualquier lugar a donde fuera preciso.

Al recuperar un insignificante gramo de lucidez me encontraba tirado, sentía el gelido metal del colectivo pegado a mi cuerpo. Mis manos no respondían a ningún estímulo y mis piernas parecían desconectas de mí, el resto de mi cuerpo pesaba como si cargara una gran piedra y mi cabeza me punzaba como sí me. Busqué al niño, no encontré nada. Frente a mí, se encontraba un pequeño gorrión como el que había visto en el graffiti. Se acercó a mí y tenuemente, creí escuchar un murmullo.

- Tu historia parecía interesante, luego habrá tiempo de escucharla, ahora sígueme.

Del gorrión comenzó a salir un lindo sonido agudo, su canto, y el pico se abrió más y más, la cabeza del gorrión se acercó a mí, el resplandor sonoro del amarillo avanzó suavemente y me envolvió.

domingo, 25 de agosto de 2013

las cosas siempre siguen su curso.

no estoy tranquilo, pero debo decir que tampoco estoy nervioso. tengo esa sensación en el estómago de que algo nuevo se avecina y no se sí sonreír o preocuparme.

y sí, tengo tantos planes y me he embullido en tantos sueños, que sinceramente... temo el hecho de no cumplirlos.

he soñado con parís, con el instituto pasteur... he soñado con una casa de dos pisos, y un amplio jardín. y al mismo tiempo, he soñado con un viaje por el viejo mundo, España, Portugal, Francia, Grecia, Italia, Alemania, Holanda y terminar conociendo el corazón de Rusia. para después, todos esos recuerdos y sueños, plasmarlos. si no en una hoja de papel, guardarlos, letra a letra, bit a bit... en una http, donde siempre esté lista para, si mañana lo necesito, leerla.

pero ahora, viene una afrenta, que sé, será más difícil que jugar al Gato bros o rankear en League of Legends, pero bueno.

"el que quiere azul celeste, que le cueste"

miércoles, 21 de agosto de 2013

bailando en mi burbuja.

Me encontraba en una silla... frente al mar. ¿Cómo, cuando y por qué llegué ahí? son preguntas cuya respuesta no encontré. Lo único que sabía es que era una linda palapa, había una pequeña mesita con un par de platos y vasos sobre ella, dos sillas, la playa extendiéndose a los lados, una extraña aglomeración de vegetación a mi espalda y, frente a mí, se extendía el mar en todo su esplendor.

El clima era perfecto, la brisa nocturna me caía en la frente. la luna, brillaba como nunca sobre el techo de la palapa e iluminaba todo el entorno. Nunca me había gustado el mar al ciento por ciento, pero, si el ambiente sería así, podría aprender a amarlo.

Por un momento imaginé todo lo vivido, cada tropiezo y cada caída, cada vez que me levanté y cada vez que me dejé caer. Una sonrisa se creó en mi  boca y todo se enmarañó, me abrazó y me besó. Me dejé llevar por todas esas vivencias y me arrojé al agua. Aquel toque sutil de frío me recorrió y se apoderó de mi cuerpo, me sedujo y me invitó a llevar una danza con ella. y bailé, la luna nos orquestó una dulce melodía y las olas de aquel calmado mar, se avivaron para danzar junto a mi.

"¿Qué sigue?" me atreví a preguntarme. solo me limité a bailar, ni siquiera pensé, dejé que la luna continuara con su bello canto y las olas, con su hermosa danza. Un largo momento de goce me hipnotizó y entonces entendí que seguiría.

-¡QUE SIGA, LO QUE DEBA SEGUIR!- grité con un éxtasis indescriptible -¡SIGO YO!-...


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Cuando me desperté, sabía que algo había cambiado en mi, pero que seguía siendo el mismo niño idiota y eso me hacia feliz. Me arreglé lo más rápido que pude y me marché a la facultad. con mi imaginación en la bolsa del pantalón, para recordarme que todo irá bien, y mis miedos en la bolsa chiquita de la mochila, para recordarme que debo prepararme. y me aventuré a descubrir que había afuera de mi burbuja.

sábado, 15 de junio de 2013

Nos vemos mañana

A mis sensoalones amigos y compañeros

Esta será el último escrito que haré en una etapa... Estoy seguro que todo cambiara de ahora en adelante. Si cambiará para bien o para mal... Eso se sabrá después. Hoy, sólo pensemos e imaginemos el mejor de los escenarios para después, para mañana.

Ya hemos logrado concluir este asunto, si no intactos...enteros. Después de noches de desvelo y desmañanadas terribles. Soportando tediosas clases que iban desde administración hasta valores y dándole batallas a curiosos manuales y fruatrantes exámenes de rayitas.

En el transcurso de estos 3 años, hemos conocido a muchas personas, algunas se han mantenido con nosotros, otras han tomado caminos diferentes o simplemente decidieron ir a un pasó diferente al de nosotros. Pero sabemos que pese a tantas cosas, si queremos... No, no "si queremos", más bien "si necesitamos" ahí estarán. Hemos compartido miles de palabras, cientos de disgustos,hemos caído decenas de veces y ,a sí mismo, decenas de veces nos hemos levantado.

Y con el paso de estos 3 sorprendentes años (digo sorprendentes porque no se me ocurre una mejor palabra para describir este lapso de tiempo) de unos simples conocidos, se fueron transformando en unos amigos que les aseguro, siempre llevaré en una partecita chiquita de mi corazón (ya saben, otra partecita es para la chica que quiero, otra para mi familia y el resto es para videojuegos, comics y caricaturas).

Si has llegado hasta esta parte del escrito te agradezco no sólo por leerme, si no también por estar ahí. Y si un día lo ocupas, ten por seguro, yo estaré ahí (a no ser que sea un baile de banda o algo así, en ese caso estaré ocupado).

Para concluir quiero decir algo que dije muy seguido en el paso de estos largos años que a mí se me hicieron fugaces.

Hasta mañana compañeros, esperaré con ansias ver en lo asombroso que se volverán y espero y puedan descansar por lo menos un ratito.

Y recuerden si hoy tuvieron un mal día, no se preocupen, mañana puede ser uno peor. Así que salgan, diviertanse, hagan desastre, rompanse... Pero no en pedazos.

domingo, 19 de mayo de 2013

Noche lluviosa

Las gotas caen con un sonido estruendoso.
En el techo, se marcan su "clap" incesante.
Agua que caes como cualquier otra amante.
Reduciendo a frío, el clima caluroso.

Noche lluviosa, como lluvia de ideas.
Cae lentamente ante tus pies.
Como una odisea, que se presta al momento de ceder
Y que poco antes, se conoce y se deja vencer.

Lluvia, que discretamente camuflas mi llanto.
Que sin pedirlo disimula cuan preocupado estoy.
Agua de lloros, de llanto, que arropa mi cuerpo.
Claro lamento de gotas, ventajosas, Generosas.

Tormenta implacable, destructora de tranquilidad.
Chubasco feroz que acompañado de furiosos rayos.
Se apodera de toda, toda atención.
Y con relámpagos deslumbrantes anuncia... Soy yo.

Ya no eres un susurro, brisa primaveral.
Eres un monstruo, acuoso y feral .
Monstruo férico, que arremetes contra todo.
Techos, ventanas, paredes, coches, gente.

Noche lluviosa, hermosa brisa primaveral.
Bipolar, que en un momento eres aguacero.
Y al siguiente eres un simple recuerdo.
Noche de lluvia, como lluvia de ideas

martes, 14 de mayo de 2013

Estancado.

En los últimos 10 días este lugar ha estado... Abandonado. no, no lo ha estado, sólo que todo ha quedado en borradores.

siempre he dicho que lo más complicado de una historia es el terminar, marcarle un fin. Y yo últimamente comienzo historias y he logrado culminarlas.

Pero, en el lapso de estas últimas semanas, todas... O al menos la mayoría de las historias se han quedado en borradores, ahí... Oxidándose, siendo carcomidas lentamente por el olvido.

Quedándose colgadoas en un hilo, al aire, condenadas a esperar por un rato indefinido

¿por qué? Eso es lo que me he preguntado por un buen rato, porque me duele que me pase de nuevo... Fueron casi 2 años el tiempo que me quedé bloqueado la última vez, no quiero que vuelva a pasar, pero, si me pasa, no se que podría hacer.

En otras noticias... Tengo miedos... Sí, todos saben que soy una de las personas más miedosas que podrías conocer, para el día de hoy me encuentro aterrado.

Aterrado por tantas cosas, todas esas cosas revolotean en mi cabeza, llevándome a la duda, a la tristesa, a la desesperación y para culminar... Al terror.

Terror de tantas cosas, cosas que un día creí que podría controlar.

domingo, 5 de mayo de 2013

3ra vez

'la plaza más hermosa que haz visto en tu vida, tu linda placita, ese lugar en que te han traumado, en que te sientes libre, tranquilo, feliz, único, pese a que halla mas personas ahí, es tuya, de nadie más, solo tuya.

 te encuentras ahí, mirando los arboles danzar, el poco viento que circula en la plaza de rodea y mueve tu corto cabello, te hundes en tu libreta, al tomar el lápiz comienzas a imaginar: Dragones gigantescos que usan llamas para atacar , hombres león con armadura de cuero, monstruoso y bellos lobos grises que se desplazan por colinas nevadas, vampiros sanguinarios con uñas que se asemejan a puñales, mujeres bellas y seductoras con ojos de asesinas, corazones inservibles, penumbrosas cuevas con misterios por desenrollar. comienzas a plasmar un par de ideas, ninguna concreta, solo divagas, para distraer tu mente de lo que pasa aen derredor tuyo, imaginas: una hermosa mujer, con una melena que caía en forma de caireles blancos sobre su hombros, hasta llegar a mitad de su espalda, con una piel del color de la canela con partes enrojecidas por el frío que existía en el lugar, domando a un gran lobo blanco, de aspecto fiero, poderoso, ojos negros, hocico largo, con unas mandíbulas tan potentes y unos dientes amarillentos tan afilados que podrían partir una extremidad humana como si estuviera hecha de mantequilla. ambos danzando juntos, cada quien con una belleza diferente, las curvas de aquella mujer en vaivén, sus extremidades hacían raros círculos y elipses raras en el aire, sus pies se movían a un son imperceptible, el lobo, brincaba de un lado a otro, la fortaleza de sus patas se hacía presente en esa rara danza, el pelaje erizado flotaba en el aire, algunos aullidos salían de vez en cuando de su hocico, su carnoso e inmenso cuerpo se movía con tal gracia que parecía un baile ensayado...

Tu mirada se apaga, una suave tela te rodea los ojos, eso es raro, estas a media placita, qué podría ser... o quien? intentas levantarte, esas manos en tus ojos te retienen y te empujan hacia atrás, un olor familiar, como un perfume, sí, un perfume, una mezcla de naranja y durazno, ataca tu nariz. No, no puede, sería demasiado, no otra vez, intentas levantarte, pero prefieres quedarte como estas, aspirando ese peculiar perfume, que te entrega un sabor directo a placer, a cursilería y a romanticismo. levantas tus manos para tomar las que están sobre tus ojos.

 -Quien eres?- preguntas, esperas que la respuesta que tienes en mente sea errónea, pero sabes que es acertada, nadie mas usa ese perfume.

 -Adivina- dice una voz suave y juguetona que conoces.

 das un tirón y te levantas, sientes como se sueltan las manos que te sujetaban, y al giar para descubrir quien es, te topas con una chica de ojos café claro, demasiado claro, con poblada melena de color negro y rizado, ojos sutilmente maquillados con un tono rosa que se difumina en su color natural y delineados para darle una mirada penetrante y dura. sus mejillas con unas chapas rojas, sus cejas hacen un arco que ayuda a que sus grandes ojos resalten, sus pestañas largas y arqueada, sus labios forman una sublime sonrisa de color rojo, su afiliada cara que termina en una barbilla cuadrada, su nariz recta y con un lunar en esquina inferior izquierda de su labio. Su cuerpo, casi como lo recordabas, un poco más alta, su cabeza queda a la altura de tú nariz, delgada, sus manos pequeñas, sus piernas y brazos largos y delgados. Sonríes, ella rodea la banca y te abraza, besa tú mejilla, de nuevo aspiras ese aroma de "Narazno" que te hace emitir una ligera sonrisa. Se encoge en hombros, suelta los brazos y mira alrededor.

 -hola- dice y, en su voz, notas un tono de sorpresa y la intención de contener un millar de carcajadas.

 -hola- regresas el saludo, te cubre una inmensa alegría y al mismo tiempo, los nervios te reclaman como suyo.

Te abraza de nuevo, con mucha fuerza, frota su mejilla en tú pecho, no sabes que decir, estás helado, sólo disfrutas el momento, ese momento tan improbable, tan irreal, el tiempo se detiene y el ruido se apaga, sólo los 2 ahí, en medio de la placita. Ella te suelta, acto seguido haces lo mismo, te mira, sonríe y acaricia tú intentó de barba.

 -Cabrón, ya rasurate, pinche oso feo- dice entre risas y muestra sus dientes en una plena sonrisa -que grandote- te dice en tono irónico, hubo un momento en el que ella tuvo tu misma estatura, pero había cambiado mucho desde eso. La miras, de pies a cabeza, su pantalones de mezclilla de color gris, una blusa de color amarillo "CHINGAMELAPUPILA", con una frase que dice "los ponis son de maricas, yo quiero un velociraptor", un reloj en su muñeca derecha y unos audifonos azul celeste rodean su cuello, te detienes en su pecho.

 -Tú también- dices con una sonrisa y un intentó fallido de tono picarezco. Te da un golpe en tú brazo izquierdo, haces como que te dolió.

 -maldito pervertido, deja de verme las bubis, no te gustaría que te estuviera viendo el paquete, o sí?- dice con una sonrisa y una mueca de desenfado. Te ríes, mucho tiempo que no escuchabas ocurrencias así.

-ya pues, no te diré cosas bonitas- dices en un intento de indignación.

 -cosas bonitas? No mames miguel, es es acoso sexual- te mira de una manera seria, dejas de lado todo el humor, hablaba en serio esa chica, comienzas a pensar , ella nota tú cara de preocupación y se ríe. -!JA¡, te la creiste- giras y se sienta en la banca de cantera, , donde estabas originalmente, te buelbe a sonreir, da unas palmadas en la banca en una invitación a sentarte junto a ella.

lo haces.

-estas coincidencias son tan graciosas,  debemos hacerlo mas seguido- dice mientras mira la fuente, cierras tu libreta y guardas el lápiz.

-sí, mas seguido- dices con tono sarcastico, miras su rostro de perfil, sus mejillas maquilladas, sus orejas cubiertas por la gran melena de risos, corto a comparación de la última vez que lo viste. te arrebata tu libreta, en un principio haces un ademán de quererla recuperar, ese impulso pasa, no es algo nuevo, ni para ella, ni para ti. ojea tu libreta, sonríe.

-¿te gustan los superheroes?- pregunta

-me encantan los superheroes- contestas, ella sigue hojeando la libreta, se detiene un par de veces, lee, lee y lee, su sonrisa se amplía con cada hoja que pasa.

-menso... haz mejorado muchísimo- claro que lo había hecho, ella lo sabía mejor que nadie, fue la primera persona en leer algo que hubieras escrito, en especifico 3 poemas curiosos, cursis, tontos y muy mal elaborados -en serio, están...- ella saca la lengua y la pasa por su labio superior, se recarga en la silla, suspira.

-qué?- te confunde la reacción de la chica, es ¿buena? ¿mala? ¿qué reacción es esa?

-no, nada... son, no sé, lindos ¿para quién son? y no me digas que para mí porque me vas a hacer llorar- dice en un tono burlón, la miras, al parecer te sonrojaste, claro que no son para ella, muerdes tu labio.

-¿entonces no me creerás si te digo que son para tí?- preguntas y haces una mueca de tristesa, ella te observa, pone una cara de extrañesa y despues sonríe.

-¡COSO! ¡ESTAS TODO ROJO!- sonries, el color tomate se apodera por completo de tu cara, sonries, nerviosamente, pasas tu lengua por todos los dientes, de tu colmillo izquierdo al derecho y no dejas de sonreir.

-Dejame en paz- ella se acerca a tu cara, aprieta los labios y te hace una cara graciosa. llega a ti el olor a "Narazno" y ves sus chapas y quieres un beso de ella, aprietas los labios, la tomas de los brazos, ella abre los ojos de par en par, inhala, inhalas... ¿en serio necesitas un beso o solo crees que te servirá de despeje? ella no se mueve, lo notas ¿también lo pensará? una voz en tu oido te susurra "hazlo, lo queremos" notas el rubor en su cara, ahora no eres tú quien tiene la tez roja, estas decidido, lo harás. "venga, no lo necesitamos, lo quieres, un poco, pero sabemos que solo nos traerá problemas" escuchas y una tercera voz te dice "aún recuerdas el sabor del Narazno... no hace falta volver a saberlo, no es necesario" segundos al calor vivo del... ¿deseo o solo es capricho? si ella se hubiera movido ya, no estarías pensando eso, si ella se hubiera retirado todo sería más fácil, si ella se hubiera precipitado a ti no tendrías dudas, bjas la mirada y la diriges a Sonmbra, él niega con la cabeza, la diriges a Thalmy "venga, cachorro, no seáis caprichudo"...

sueltas sus brazos, por la sorpresa no habías notado la suavidad de su piel, ella te mira estatica durante unos segundos, retoma su postura, se deja caer sobre la banca de cantera y arroja la cabeza para recargarse en el respaldo de la banca. su mirada ahora está fija en el cielo, solo te limitas a mirarla desde tu posición, sus mejillas repletas de aire y con el rubor aún presente. el silencio se extiende por un par de minutos, ella lo interrumpe.

-¿por que no lo hiciste?-

-¿por qué no lo hiciste tú?- preguntas con el mismo tono de recproche que ella tenía en su voz.

-pues... no sé, sí quería hacerlo-

-¿en serio?- preguntas con cierto disgusto <pinches viejas, todas se pasan de lanza> ella se reincorpora y vuelve la mirada a ti

-este, sí, bueno, no, no lo sé... creo que ya se me olvidaron tus besos- <auch, yo aún hace un tiempo me los saboreé> -bueno, no, es que, no, todavia... ya no se que estoy diciendo- notas el ansia y los nervios en su mirada y comienza a golpear sus talones entre si <está nerviosa> "no me digas" escuchas en tu mente.

acaricias su cabello, tu mano baja desde su frente hasta la punta de su cabello y tu dedo indice se enrrosca en uno de sus risos

-tus risos son violables- ella te mira <dime que eso te distrajo>

-ya lo habías dicho hace mucho- <vaya que había sido hace mucho> ella extiende su mano, la enrosca en tu cabello, lo acaricia, pones una cara de sufrimiento, te sonríe -tu cabello es jalable- tire de tu cabello con cierta saña, tu cara queda frente a la de ella, otra vez. <SI LO VAS A HACER, HAZLO> sientes su respiración en los labios. de nuevo no lo haces, ella tampoco.

-¡AUCH, SABES QUE MI PELO ES SAGRADO!-

-claro, tu pelo es MIOOOO-

-no es cierto- dices con tono serio, suelta tu cabello, se echa para atrás, ella y tú saben que es verdad. sonríe.

-entonces ¿para quien dijiste que van los poemas?- pregunta con esa singular sonrisa tan suya.

-no lo he dicho- comentas con una sonrisa

-entonces ¿para quien son?-

-es una larga historia-

-tengo un rato, si tu no tienes prisa como la ultima vez-

-no, no tengo prisa, oye ¿que haces en el centro?-

-supongo que lo mismo que tú-

-¿escribes para escaparte de todo?- comentas con una sonrisa. ella ríe.

-no, solo, no quería estar en casa de mi abuelita- se encoje en hombros. -entonces ¿la larga historia?- recargas tu cabeza en la banca, ella se recarga en tu hombro, giras tu cabeza para mirarla -que mal que me fui- dice la chica.

-tal vez, tal vez no... perspectiva- dices con una sonrisa. comienzas la historia (...)

-Mike, estas bien pendejo-

-no me digas Mike- comentas ruborizado y no sabes si es por pena o por molestia.

-ay, te encanta que te diga Mike-

-claro que no.- dices al tratar de contener una sonrisa. ella suelta una risotada.

-ay, COSO,  ya, no te des topes contra un poste, esta enterrado, no lo moverás a cabezazos-

-tus analogías siempre han sido una mierda ¿sabes?- dices con cierta extrañesa en la voz.

-claro que lo sé, pero siempre tengo razón...-

-igual que yo- interrumpes

-síp, pero yo no soy tan pendeja- <golpe bajo, maldita niña troll> -dejalo pasar, cuando debas dejarlo pasar... pero por ahora, si es mejor para ti, no lo sueltes, no aún- y ella ríe -oh, cierto- recarga su espalda en ti, usa el resto de la banca para apoyar sus largas piernas y toma tú libreta, toma tu lapiz y comienza a trazar delicadas lineas por la hoja... pronto se ve como toma forma un lobo. termina su elegante dibujo

-espero que te gusten aún, proque si no, sería un desperdicio- sonrie, su celular suena -me tengo que ir, guiñes el ojo.

-luego te veré. es lo más probable- ella te besa la mejilla, de nuevo su olor, sonríes, ella también. gira, ves como su cuerpo se balancea de un lado al otro. se detiene en seco, gira hacia ti de nuevo. saca su celular.

-ahora, tú dame tu cel, no estoy dispuesta a que lo pierdas de nuevo- sonríes, que terca es esa mujer.'

Atado.

-¿Qué te ata aquí?- le preguntó un sujeto que llevaba sobre el harapos, una playera verde hecha añicos y un pantalón hecho de paja. Crafer lo miraba, era extraño toparse con alguien en ese lugar.

-¿por qué no sigues el camino? Ellos me dijeron que lo hiciera- comentó el desconocido.

Crafer sólo lk miraba, a el sujeto y su cabeza sin rostro, o tal vez sí lo tenía, pero crafer no lo podía ver, las reglas de ese camino eran 3. No dejar las cadenas. No podrías mirar a los demás, aunque quisieras. Y no mirarías atrás.

Crafer miro hacía atrás, el quería saber sí tras de el venía alguien, no se quería sentir sólo. Al mirar hacía atrás se topó con una figura que le horrorizó, una mujer, o eso parecía, con ropas harapientas un vestido azul con flores, desgarrado y unas medias casi deshechas. Un largo cabello castaño y un cuerpo de en sueño... Pero lo que le horrorizó fue ver el rostro de aquella mujer... El rostro inexistente de esa mujer. Sólo era una cara que parecía haber olvidado ser retratada, un pincelazo color carne en donde debía estar la cara de aquella mujer... Crafer la miró, imaginó como sería la cara de esa mujer, puso las cadenas que llevaba a cuestas en el suelo y la miró. Un rostro de en sueño, mejillas rosadas, con unas delicadas y sublimes pecas, unos pequeños labios de color rosa, una nariz chata, sus pestañas lisas y lindas, como un abanico, sus cejas, al parecer depiladas, el contorno de sus ojos delineado por su sombra natural y sus ojos, sus ojos de un tono café que se difuminaba en verde... Quedó enamorado de ese rostro, el la siguió por un par de pasos, pero reaccionó, debía regresar por sus cadenas, eran el pago para el portero, las buscó , lo juró por el creador que las buscó, un segundo de fantasía lo dejó varado, sin rumbo, sin cadenas, atrapado en ese largo y demencial camino.

-sigue- le dijo el harapiento desconocido.

-¿ves mi rostro?- preguntó Crafer. El desconocido asintió.

-¿por qué no lo haría?- preguntó el desconocido que siguió su camino sin mirar atrás.

Eso lo ataba ahí, su miedo a la soledad, lo obligó a buscar y crear una fantasía y a su vez, a quedarse sólo...

lunes, 29 de abril de 2013

Aún soy niño

ayer fui niño ¿saben? ya no siento que haya sido niño, pues digo, entre las preocupaciones por que universidad es mejor para mí... no, perdón. las preocupaciones de si saldré o no de la prepa.

sí, hace ya muchisimos años que cuando veía acercarse estas fechas, moría de ansiedad, de necesidad, de emoción por ser niño, pero al mismo tiempo, mi desesperación por crecer era inmensa, tenía tanto ímpetu en la sangre, me vibraba la necesidad de ser mayor, po una u otra razón... necesitaba ser mayor, madurar, encontrarme en un lugar mas alto en comparación a los que podía asesar  en ese momento...

QUE TONTERÍA!!

digo, la vida era perfecta, tranquila, las preocupaciones eran tan banales como: dragon Ball comenzó desde el principio de nuevo. o, diantres, mi mama se enojó de nuevo porque me quedé jugando en las maquinitas de nuevo.

digo, nunca tuve un mundo de amigos... de hecho, nunca tuve amigos como tal. mi vida era estar siempre en mi casa, tal vez por eso me invente una compañía un tanto rara, pero que mas da, mi infancia a pesar de todo fue muy feliz, sí, tarde es cuando atesoro eso... pero digo, mejor tarde que nunca ¿que, no? el punto aquí es que puede que me haya precipitado a querer crecer... ¿por qué? por el simple hecho de que crecí sin madurar, sí, se que es muy estúpido, pero es la verdad, puede que si hubiera madurado conforme crecía, no estuviera en estos embrollos (lo sé, quien dice embrollos en esta época?)... pero piénsenlo  hace mucho mis papás me dijeron; "un día querrás volver a ser niño".

nunca había notado que tenían demasiada razón, hoy mas que nunca me gustaría ser un mocoso impertinente  e inquieto, pues al ser un niño, mi comportamiento podría ser un poco mas aceptado, pero he crecido, y aún tengo la mentalidad de aquel niño, tonto, ingenuo, picaron (la neta sí), confiado, enojón, aborazado, sonriente.

aquel niño regordete de cabello corto... con un intento de corte de honguito, el pequeño niño grande,
de ojos color miel, que siempre expresaban una rara chispa de felicidad y de tristesa. el niño cacheton, de piel rojiza, clara. el chico con nariz respingada y dientes un tanto chuecos, ese niño que creía en lo que la iglesia dictaba y en la magia, sin intentar encontrar una explicación racional o científica. con pestañas irreales que todas las personas chuleaban, ese niño, berrinchudo, que disfrutaba ir de short y que no le importaba el tipo de playera que llevaba.

aún soy ese niño... tal vez no en aspecto, pero aún tengo esa tenue esperanza en todo, en todos. aún puedo armar un berrinche por una estupides, aún puedo reir... pero ahora río con los que considero mis amigos, ahora puedo proclamarme como lo que ha quedado de mí... o será "¿lo que he logrado de mí?".

para terminar, sólo les tengo una pregunta: ¿aún recuerdan el/la niñ@ que eran? pensaran que sí, que es facil recordarlo... pero a mí me ha cosatado mucho trabajo... y, bueno, no se que tan fácil se les haga a ustedes.


jueves, 18 de abril de 2013

Vida de Gamer

esta es mi entrada numero 50... vaya, he escrito un poco y sinceramente a lo largo de estos casi 5 meses (faltan 3 días para cumplir los 5 meses de la existencia del blog) este http ha sido un compañero bastante fiel, risas y lagrimas, ha sido quien me ha escuchado bastante atento y hoy me podría limitar a subir otro capitulo de mis historias o un cursi poema mamalón con dedicación, pero no, no se me hace justo... por otro lado hay un estupido articulo que escribí hace poco mas de 3 meses, pero que simplemente no me había dado las ganas de subir. sin mas por el momento, agradesco a quien quiera que este del otro lado del monitor, por tomarte el tiempo de leerme, pues aunque solo me hayas leído una vez, ya me leíste y con eso me conformo, pues por un simple momento pude juguetear dentro de tu mente y tú, dentro de la mía.


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como todos saben, yo soy un aficionado a los juegos de video, todos tienen claro que puedo pasar horas frente a una consola o al ordenador solo tratando de pasar un buen rato... y como muchos se estarán ya imaginando, veo a la vida como un largo y complicado videojuego, sí, yo mismo sé que se escucha estúpido, pero tiene mucho sentido, todo comienza cuando los padres deciden ir al arcade (y por arcade me refiero a  cojer tener relaciones), ahí... ahí comienza el juego y comenzamos con las quejas ¿qué juego en su sano juicio puede tardar 9, sí 9 pinches meses cargando? obviamente uno muy exigente

lo que sigue es la selección de personaje, obviamente tu tienes las expectativa de crear un personaje mas verga que kratos... y madres, no puedes ni elegir el nick que quieres ponerte y mucho menos el color de cabello, todo viene predeterminado (lo sé, pinches genes), no puedes distribuir tus puntos de mejora, ni elegir las habilidades que más te gustan, no, eres mas inservible que un magikarp nivel uno, aunque obviamente, eres nivel uno.

con eso comienzas el juego, sí, un indefenso noobie, tonto, sin habilidad, sin destresa y sin el puto manual del videojuego, no hay tutoriales, no hay let's plays ni nada que te ayude con tu puto problema que tenemos todos los principiantes.

pero tras un tiempo comienzas tu entrenamiento, sí con esos que fueron al arcade a dar inicio a su partida (cabe mencionar que estos sujetos piensan que solo por poner la monedita son dueños de la partida... o bueno eso pasa durante los primeros 19-20 niveles, pero luego te dejan jugar a gusto).

durante los primeros 3 niveles te dedicas a aprender 2 habilidades muy importantes *lenguaje antiguo* y *caminar* y con el paso del tiempo aprendes cosas nuevas, pero no son las cosas que te gustaría aprender, no aprendes hechizos, como blandir una espada o a tirar con una ballesta, nooooooooooo.

aprender, matemáticas, gramática, física, historia y otras cosas poco entretenidas, y sí esperabas tener aventuras fascinantes, déjame romper tu linda ilusión.

por mi parte solo diré que las gráficas son buenas, no son la gran cosa, últimamente las gráficas que han logrado las consolas de nueva generación empiezan a superara las gráficas x de este video juego mamon.

la historia en ocasiones suele ser buena, pero da momentos en que se vuelve muy lineal, no sé ustedes pero yo preferiría que en momentos quitaran tanto puzle y metieran algo estilo shooter o combat, a poco no estaría bien pro.

quien no quisiera una hoja oculta como en assassins creed, digo, para ir matando gente por la calle sin que se de cuenta el mundo, o tener un sable de plasma como los de los elites covenant y rebanar a cuanto adefesio brute se te atraviese... y no mencionemos la cadenita de scorpion... que cosas no haría con ella *guñe el ojo y asiente enfermamente con la cabeza*

la música suele ser muy buena, sí, en ocasiones tiene sus picadillos, pero no está nada mal, digo, hay muchos virtuosos que nos hacen un poco llevadera esta fatídica experiencia (se los juro, prefiero jugarme una partida de age of mithology) que tienes que pasar a webo.

los personajes, bueno, te encuentras de todo tipo, eso es bueno, puedes toparte con personajes que te preguntas ¿por qué coño fueron creados?, hasta encontrarte con personajes que son tan buenos villanos que llegarás a odiarlos... o mejor aún enamorarte de ciertos personajes, por la perfección que representa cada bit que los integra. así que en ese termino, es aceptable, pero aun no puedes modificar tu apariencia a placer.

los escenarios pueden llegar a ser, tanto fantásticos, hasta pútridos cubículos de 2*2. pero tienen realismo uno no busca realismo, VERGAS.

por ultimo, la jugabilidad es una mierda, y los retos suelen ser estúpidos y monótonos. digo, cómo es posible que no te dejen gastar tus puntos de mejora? que creen que estas jugando minecraft y la experiencia es inservible? (ok, puede que no sea inservible, pero es tan volatil) y peor aún, no te endeñan a manejarte bien, no puedes andar libremente por la calle, matando a las personas que quieres matar, ni puedes desmadra los carros que te encuentras, eso no es sano. los retos como ya lo dije son absurdos, hay ocasiones que terminas mas frienzoneado que link, o quedas mas enfadado que mario bros después de haber entrado a tantos castillos sin encontrar a tu princesa. ademas es
muy molesto, porque no puedes guardar, ni lo puedes dejar colgado.

mi recomendación es, si quieren rentar este juego, háganlo  pero no vale la pena comprarlo, son excesivas horas de juego y no se le ve fin, aunque en momentos es muy entretenido y nice, pero esos momentos se acaban muy rapido.

así que disfruten su patético juego, digo, no habrá secuela

domingo, 14 de abril de 2013

Una cría de perro

Conforme pasó el tiempo, Mario, Erick y yo nos fuimos haciendo más unidos, entrenábamos mediante luchas que hacíamos entre nosotros. Unos palos que habíamos tallado y convertido en un intento de burdas espadas de madera eran nuestras armas, la casa tenía un patio bastante grande, el cual lo usábamos para entrenar, aprendimos a dar golpes (como podíamos) en ese tiempo fue cuando do cada quién desarrollo su fuerte.

Erick tomó su velocidad, su gran agilidad al tirar golpes y manejar cualquier arma de una mano. Si no te acercabas a el lo suficiente estabas tendido fácilmente. Uno de los combates más interesantes con él, fue un par de meses después de mi décimo sexto cumpleaños. Nos habíamos preparado para entrenar una hora después de la comida y mientras Mario iniciaba los preparativos para la cena, Erick y yo salimos a batirnos en duelo.

Cabe mencionar que unos días antes el y yo habíamos tenido un altercado... Por una chica, sí, ese desgraciado se creía todo un don juan y me acababa de jugar chueco con una chica que vivía no muy lejos de ahí, ambos estábamos indignado con el otro. Yo por haber perdido una linda chica a manos de ese hijo de perra... Él, porque le dije que era un maldito desgraciado roba chicas.

Él, cargó con una de las espadas de madera más delgada y ligera de todas las que habíamos fabricado, yo, con una tosca hacha que había hecho mario.

El combate fue interesante, ambos teníamos que sacar el odio que teníamos con el otro.

Nos situamos en el centro del patio y nos preparamos. Las reglas eran claras. La primera era que un  golpe del arma de madera en el vientre, el cuello, el pecho o la cabeza era una muerte automática y la segunda... Era que todo estaba permitido.

El primero en moverse fue Erick, balndió su espada con su mano derecha, desde su costado izquierdo hacia en frente de mí. Apenas logré bloquear su golpe, balancee mi hacha usando mi cuerpo, primero bloquee el ataque de erick y después giré sobre mi mismo, tratando de golpearlo, Erick logró evadir mi golpe, le pasó rozando el vientre. Casi instantáneamente, él, levanto su espada haciendo un arco que iba desde su flanco derecho y caía veloz y potente, con la intención de asestar un duro golpe en mi cabeza... Ese pudo ser el fin, pero logré recibirlo con una patada frontal, la cual lo sacó de equilibrio y obligó a que fallara. Asesté un golpe con el largo mango del hacha en su pierna izquierda, cayó sobre su trasero, inmediatamente después de darle el golpe en la pierna, dejé caer mi hacha con toda potencia posible, el bloqueó con su espada, la hoja de madera quedó a un par de centímetros de su cuello.

-te gané- grité emocionado, él sólo hizo una mueca de incomodidad y desprendió un leve quejido. Tiró una patada a mi pie derecho, provocando que yo también cayera.

Ambos giramos rápidamente a tomar nuestras armas y nos reincorporamos a toda prisa, fui yo quién se levanto primero, pero al levantar mi hacha perdí unos segundos, que normalmente eran nada, en los momentos de batalla eran una eternidad. Erick corrió con su espada en la mano derecha, salto apoyándose en un par de cajas y mientras caía junto a mi lanzó una estocada directo a mi pecho. El penetrante dolor me sofocó y me tiró, quedé tendido de espaldas, sin aliento, acabado y Erick, sin aliento, en cuclillas junto a mí. Lo único que recuerdo fue que después dijo.

-wee, perdón, pero la neta, ni estaba tan buena-

-si no estaba tan buena ¿por qué se supone que me la bajaste?- le contesté dolido del pecho.

-ok, igual y sí estaba bien buena- dijo y soltó una carcajada.

-que te devore un vampiro, pinche ojete-.

Esa maniobra Erick la llamó la caída del aracnido, la cual la perfecciono a tal grado de que se convirtiera en su arma maniobra más poderosa en batalla.

Mario por su parte era el más analítico. El estratega por excelencia, siempre pensaba antes de atacar, h sólo comenzó a participar en los duelos después de haber visto muchas peleas entre Erick y yo. Una tarde. Después de haber preparado la cena, Mario decidió entrenar contra Erick, Mario había peleado contra mí un par de veces, siempre ganando, pero nunca se había enfrentado a Erick, y esa sería la primera vez en que pelearan, me puse en primera fila, vi que Erick tomaba un intentó de katana que había fabricado un mes antes y que se había convertido en su arma preferida. Por su parte Mario tomó 2 dagas con hoja curva que el mismo había fabricado, de hecho casi todas las armas de entrenamiento habían sido fabricadas por Mario.

Erick se plantó frente a Mario levantó su espada y comenzó a arremeter contra el rubio. Comenzó dando múltiples tajadas en un intento de golpear a Mario, el tipo bajito a comparación de Erick, se mantenía estático en el lugar donde se había posado desde un principio sólo dejaba esa posición para esquivr  las estocadas que lanzaba Erick. Después de uno o dos minutos en los cuales Erick lanzaba tajadas y estocadas y Mario sólo se dedicaba a esquivarlas y desviarlas con ayuda de sus dagas. Hubo un momento en el que Erick se desesperó y comenzó a moverse más de la cuenta, le tiró un codazo a Mario, después de dar una fallida estocada, Mario se desequilibrió Y cayó de rodillas, rodó para alejarse del alcance de Erick, pero era tarde, Erick ya había brincado, su estocada final era inevitable, Mario se levanto como de rayo, había quedado justo al alcance de la estocada de Erick... Pero Mario giro sobre si mismo, adelantandose a Erick, salió del alcance del muchacho moreno y quedó frente a su espalda y un segundo después, lanzó una estocada a esta, usando una de sus dagas de madera. Acto seguido, poso la daga restante en torno a la garganta de Erick.

-te gané- cantó Mario en un tono de plena victoria.

Era la primera vez que veía como Erick perdía un encuentro... Considerando que casi todos habían sido contra mí. En adelante mario solía practicar con nosotros una vez que terminaba de preparar la cena, rara vez perdía ante mí y contra Erick tenía una racha de igual victorias que derrotas. Giro de ángel, era el nombre perfecto para un sujeto metrosexual chaparro, bueno ¿a quién quería engañar? envidiaba a esos 2 desgraciados. Erick solía estar muy callado cuando perdía ante mario y yo, yo solía estar mal humorado. El hecho de no ganar casi ningún jodido encuentro era frustrante, ganaba un par por descuido de mis oponentes o por que no estaban al 100% de su fuerza.

Yo sólo practicaba, no era el mejor con espadas o dagas, pero encontré mi arma predilecta entre tantos combates. Las armas pesadas eran mi fuerte, las blandía con mucha facilidad, en especial las hachas, con ayuda de Mario me fabriqué una estilo bulkeman bastante resistente, larga y dura.

Un día nos tocó un encuentro a Erick y a mí.
Erick tomó su "katana", yo me armé con mi hacha. Tenía una racha de 3 semanas de derrotas ante el sonriente moreno.

-comienzo a cansarme de patear tu trasero todos los días-

Mario nos miraba y se reía, siempre hablábamos mucho antes de la pelea. Pero ese día estaba muy frustrado, demasiado como para intentar fanfarronear. Así que me limité a afirmar con la cabeza.

El combate comenzó, me avalancé contra erick con la cabeza de mi hacha por delante. trataba de acabar rápido, no me permitiría que Erick tomara ventaja de su velocidad, pero erré, con un raudo movimiento esquivó mi embestida, se posó a mi lado izquierdo y lanzó una estocada, logré esquivar y al hacerlo le sonrajé un golpe en la nariz con el extremo opuesto del hacha.

-eso dejará montón- gritó Mario riendo.

Erick se desorbitó con el golpe y se descuidó aún más con le intervención de Mario, era época momento para acabarlo. Hice una parábola con mi hacha, desde el extremo derecho hasta su cabeza, que se encontraba al extremo izquierdo. él se apartó, blandío su espada y me descargo un fuerte golpe en mi hombro derecho, solté el hacha, me empujó con una patada, me tiró y me hizo rodar

-¡TE TENGO- oí gritar a Erick

Traté de incorporarme, era tarde, Erick ya había saltado para asertarme su golpe final. Veía la figura de Erick acercarse hacía mí, en un arranque de adrenalina, me levanté como de rayo, lo embestí, él soltó su espada, caímos en seco sobre la hierba del patio, me levanté rápidamente, ahora era una pelea mano a mano. "valió verga", pensé, el era mejor peleando, pero una idea me acogió, una vez de pié, corrí hacía Él y lo sujeté con un abrazo, le tiré un cabezaso lo desorbito, pero no sólo el, yo también quedé algo confundido, pero no cedí mi intento, sin apartarme de el comencé a golpear su cara, con un frenesí tremendo.

-¡BASTA!- gritó Mario mientras me separaba de Erick. él comenzaba a sangrar de un pómulo. Y yo, perplejo, me quedé junto a ellos.

-Weeeee- me dijo Erick

-perdón, perdón, perdón, perdón- dije angustiado.

-me ganaste- me contesto Erick con una especie de sonrisa. En adelante supe que para tener una oportunidad debía acercarme lo suficiente a ellos...

Ingenuidad

Pese a que he aprendido tantas cosas, aún soy un ingenuo.

es que, tristemente, aún creo en los posibles desenlaces felices, aunque sepa que no aplican en la realidad. Aún soy muy ingenuo, quiero pensar que mañana, cuando despierte, todo mejorará, que todo será como antes.

Sí, debería abrir los ojos y actuar como lo normal... Normal, claro, nunca he creído en verdad lo que digo abiertamente, nunca he creído que el mundo se rige por desgracias, siempre, siempre, he dicho las cosas con pesimismo, pues creía que el etereum daría un ostentoso giro y lo malo, sería bueno... Y lo bueno, sería mejor...

sábado, 13 de abril de 2013

Dormido en el limbo

IX.- Deseo

Mi cara sólo expresaba incredulidad y frustración, nunca los había visto como tales, siempre se habían presentado como un eco bamboleante dentro de mi cabeza, me daban opiniones que nunca había pedido, me regalaban intrigas y dudas,  planteaban caminos diferentes a los que ya tenía en mente, me empujaban y retaban para que realizara muchas acciones. Disfrutaba de jugar con mi mente, la retorcían, la apretujaban, desgarraban, cada atisbo de cordura en ella para después, descomponera en pequeñas partículas de locura. Pero sólo como unas banales voces que a veces podía ignorar, pero verlos ahí, a los 3, mientras me miraban... Seguro había perdido la razón, tal vez no era una realidad, sólo mi delirio mientras creaba esas situaciones, pero ¿por qué?.

-te diré porque- comentó el sujeto de cabello extremadamente corto, portador de la chamarra de mezclilla -por cobarde, por idiota, por e...-

-¡BASTA!- grité furioso, la expresión del sujeto (¿O sería "mi expresión"?) formó una sonrisa de oreja a oreja, siempre había disfrutado de atormentarme, de encararme su siempre acertada razón, siempre me había descompuesto.

-vaya, vaya, el nene se enojó, que desastre, ahora no podré dormir sin su amistad- me contestó

-calla, se supone que deberíamos ayudarlo- comentó el "yo" de playera roja, el sujeto era exactamente igual a mí, o al menos a como me veía yo, un tipo corpulento, alto, pero en sus cafés ojos resaltaba la curiosidad, la gran arruga que portaban en la frente era notoria, las cejas impares, los grandes cachetes, era verme exactamente al espejo.

-¿ayudar? ¿A este inservible saco de mierda? No tiene sentido- replicó el sujeto de la chamarra, en un tono gélido.

-¡ya!- dijo tajantemente el yo de la playera roja -no ayudas-

-ya te dije que no tiene caso ayudar a este imbécil- le respondió a el sujeto de rojo, acto seguido se giro a mi y gritó -¡COBARDE!-

-¡BASTA, HE DICHO!- grité tratando de imponerme -¿¡CON QUE DERECHO VIENES A ACUSARME DE COBARDE!?-

Mi "yo" portador de la mezclilla me plantó un golpe entre el pómulo izquierdo, el ojo izquierdo y la nariz, me derribó

-¿al menos sabes donde putas estás? pinche inútil- comentó, con un tono despectivo, me limité a negar con la cabeza. -¿no es un genio el señorito?- les preguntó retóricamente a los otros 2.

-¿donde está?- preguntó el de la camisa color vino, que había permanecido en silencio, mientras jugaba con el risado cabello negro

-¿quién?- dije mientras gastaba energía al tranquilizarme.

-ella- me comentó tranquilo

-¿Diana?- pregunté casi en automático. El "yo" de cabello largo arqueó una ceja en signo de extrañeza para después crearse una sonrisa (se que se oiría muy egolatra y narcisista pero me encantó mi sonrisa)

-sí, Diana- comentó con una voz un tanto castrante.

-abajo, se asea, ella qué?- pregunté extrañado.

-ya sabes quién es ¿no?-  volví a negar con la cabeza. Una patada directa a mi estómago me hizo caer por completo en el piso espero del cuarto, cuando me recuperé me di cuenta que la había dado el de mezclilla.

-¿como podría saber quién es?-

-recuerda, arriba, allá la conociste- me dijo el "yo" de cabello largo mientras se acercaba a mí y alejaba al sujeto vestido de mezclilla -¿no notas algo que te provoca? ¿algo que te de un más hacía ella?- me dijo cuando se encontraba muy cerca a mí.

No lo había pensado, la chica me daba seguridad, fuerza, necesidad de seguir, aunque en un principio me dije a mí mismo que no me importaba quién fuera, había pensado en su identidad mucho tiempo, quería ayudarla y quería ayudarme... Puede que tal vez me atrajera un poco, pero no la veía de una manera en que quisiera hacer algo con ella. El "yo" bocón que usaba la chamarra se reincorporó En la conversación

-claro que sí, siempre lo ha notado. La deseas- dijo con una sonrisa burlona.

Aquello era una mentira, otra broma, otra jugarreta de ese idiota, no loa veía de tal manera... ¿O sí? No había pensado en eso, o al menos no propiamente hasta ese instante. La duda se apoderó de mi mente, en realidad ¿como veía a esa chica? Esos rasgos presentes en su cara, que más que raros, los encontraba interesantes; sus afiliados dientes, que probablemente eran mortales, encaramaban su extraña belleza; sus amarillos ojos mostraban una puerta a un alejado y misterioso mundo inexplorado; su delicada tez plata y sus numerosos lunares me activaban como una pequeña flama a una pila de hierba seca; su irregular voz absorbía toda mi atención; su esbelta pero curvada figura que te invitaba a la imaginación y su largo cabello del color de la oscuridad coronaba aquella irreal belleza... Por primera vez me lo pregunté ¿La deseaba? Y los pensamientos se fueron tejiendo con otros considerando aquella idea...

Pero con aquella idea también llegó otra a mi mente. unos ojos café claros y con ellos se fue formando una imagen; una ondulada y linda melena  castaña ( pareció que esa imagen llevaba el olor a cuestas, ese exquisito olor); una respingada y arqueada nariz, que era de poco agrado para mí, pero que no la imaginaba de otra forma; unas mejillas lindas; unos labios rosados que en el más mínimo movimiento podían formar una sonrisa; su cuerpo, que si no era el más delgado, era la combinación perfecta entre curvas y líneas, de esos cuerpos que mantendrías en tú mente gran parte del día; su piel, tersa, una deliciosa amalgama entre el blanco y el rosa, generando un tono crema, tan propenso a tornarse a un precioso y contratante color carmín; y su cuello perfecto, ardiente como una aglomeración de estrellas combustiendose a escasos kilómetros entre ellas.

Ambas imágenes se mesclaron en mi mente, daban apertura a consideraciónes extensas. Una voz garrasperosa, grave y profunda habló a mi oído "la deseas" me dijo. Negué. Atentamente con la cabeza y solté un grito a todo pulmón.

-¡NO LA DESEO!- retumbó a través de la habitación.

-mentiroso- comentó el "yo" cruel.

¿La deseaba? Me pregunté por segunda vez, y ambas imágenes volaron en mi cabeza... Tal vez, el asunto no era si la deseaba o no, si no ¿a quién? A la intrigante mujer pálida que conocí en la fosa, o a la preciosa castaña que había conocido el tiempo normal.

Reflexione... Y me negué a desear a alguna "claro que sí" me susurró la misteriosa voz. Un grito más desesperado que el anterior salió de mi.

-Miguel, que os pasa? Tío que me haz hecho aterrarme- me dijo Diana ala entrar a la habitación con su túnica bien sujeta -per ¿con quién habláis? ¿Por que haz gritáo?- msj preguntó confundida.

Al mirar en derredor nuestro no había rastro de los otros, sólo ella y yo en la habitación

miércoles, 10 de abril de 2013

Antes

Hola ¿me recuerdas? Tal vez no, pero yo te recuerdo perfectamente, tus risas, tus lágrimas, tus rabietas, tus sonrisas... Tus amores. Te miro y te siento tan vivo, aquí, casi siento que puedo tocar tu cabello (aunque no te gustase), que puedo sentir tu calor, a mi ladito, que puedo oír tus ocurrencias como si estuvieran vivas.

Aún te recuerdo, y no me gustaría olvidarte, aunque ya te hayas olvidado de mí. eso duele, pero no es tan triste como el hecho de que tú, eres quién no me recuerda.

¿Como que "¿quién soy?"? ¡Oh! Siento muy raro, pero tienes razón ¿como vas a saber quién es alguien, de quién ni siquiera te acuerdas? Es... Curioso, los sucesos que acompañan tú camino, lentos, fluidos, cálidos y al mismo tiempo turvios, troncos, fríos.

De ese frío que hela cada hueso de tu cuerpo, ese frío que sólo lo regala el olvido.

Y está misiva te la regalo hoy, en tú presente, para que nunca me olvides, para que mañana, logres tus cometidos, para que tengas un perrito.

Atte. El pasado

lunes, 8 de abril de 2013

Una cría de perro

Capitulo 1.- años atrás

Hace 4 años mis padres murieron, o mejor dicho fueron asesinados, en uno de los macabros ritos de los vampiros, el llamado jarrón goteante. Una práctica en la cual los padres de familia eran llevados en decenas a "el jarrón", un estadio o algo por el estilo donde los padres eran desangrados y su sangre era usada para alimentar a las filas de los dueños de la oscuridad, como se habían autodenominado los vampiros.

A Erick le había pasado lo mismo y ambos fuimos a parar a la calle.

Un día, poco después de haber perdido a mis padres, vagaba por una plaza cercana a la que fue mi casa (al momento de morir mis padres, el dueño del condominio, un viejo huraño llamado bosco silver, me echó de el pequeño departamento en donde vivíamos, que porque ya no tenía con que pagar... No se aceptaba la sangre de menores de 18 como pago para nada, era mal visto a ojos de los vampiros que se podían considerar benevolos, los líderes de los amos del crepúsculo).

Era los únicos rincones que conocía y me aterraba alejarme de ellos, mientras vagaba sin rumbo un grupo de seis chicos crearon un círculo en torno a otro chico, tras un segundo comenzaron a gritar y a moverse bruscamente, entendí lo que hacían y con fiero ímpetu me lancé contra el círculo para dar patadas, mordida y puñetazos al aire, esperando que alcanzarán alguno de los objetivos. Nunca supe la duración exacta de la confrontación, yo la sentí extremadamente fugaz.

Me movía tan rápido como podía, al entrar al círculo pude asestar una patada en la espalda del tipo más alto del grupito, quen se dobló mientras dejaba escapar un grito de dolor, ya incorporado completamente en el círculo solté patadas, guantazos y puñetazos a diestra y siniestra... Pero un golpe lanzado por los montoneros me cayó directamente en el estómago, tras ese, un duro golpe directo a la nariz, que me desorbitó y me hizo caer de espaldas y me provocó tirar al otro chico, el, cayó sobre mí y después de eso sólo vinieron patadas y golpes que caían por todos lados

(...)

Desperté poco antes del crepúsculo tan adolorido por los golpes, que me costaba moverme. Me quedé ahí tendido boca arriba sobre el frío y aspero pavimento de la plaza; miraba al cielo opaco y nublado, el eterno cielo de los vampiros. Un rato después comencé a sentir mis extremidades pero aún no me quería mover, me dolía demasiado. En mi vida había peleado con alguien y mucho menos me habían sonrrajado paliza como la que me habían dado. Estuve 3, 5, 10 y quince minutos tumbado a la merced de quién fuera, me percaté que ya no llevaba zapatos ni la mochila donde guardaba la poca ropa que pude sacar de mi antiguo hogar.

Un par de viejos y sucios tenis cayeron a escasos centímetros de mi cara.

-fue lo único que pude conseguir- dijo una cansada y quejosa voz -¿estás loco? ¿que pensabas al arrojarte sobre esos patanes?- hizo una pausa pensativa -pero gracias, dicen que la intención es lo que cuenta- y se echó a reír.

Aún no había visto bien al chico. Este se acercó a mí y me tendió una mano que a dolorosos esfuerzo tomé y use para levantarme. El chico de tez levemente morena tenía el ojo derecho inchado y el izquierdo amoratado, la boca sangre y se presionaba el abdomen con la mano izquierda. Era un poco más alto que yo, me sacaba no más de cinco centímetros, su cabello era negro, largo y muy alborotado; Tenía una complexión atlética  Y su cara no era muy descifrable por lo molida que estaba. Me sonrió dejando al descubierto sus dentadura, a la cual le faltaban un par de dientes.

-¿donde vives? Te acompañaré.
Guardé silencio y negué con la cabeza. La sonrisa del chico se apagó.

-¿el jarrón, reclutamiento o retribución?- me preguntó

Esos eran los 3 ritos más conocidos de los vampiros y los que involucraban a humanos, el reclutamiento era cuando los vampiros tomaban muchachos y les reclutaban para ser assasins, humanos mejorados genéticamente para detener sublevaciones de otros humanos. Y la retribución se daba cuando tomaban personas como granjas de sangre, para las tropas vampiricas.

-jarrón- comenté con voz triste.

-¿tienes donde quedarte?- negué con la cabeza

-soy Erick, ven- me dijo mientras comenzaba a caminar. Tomé los tenis, me los puse y lo seguí... A muy duras penas.

-soy Alan- comenté con tímida voz.

Esa noche fue cuando conocí a Erick, me llevó a una vieja casona abandonada y lugubre a las afueras de sangrarria, la casa estaba oscura y descuidada. Era de dos pisos, nadie hubiera querido ir ahí, y con los vampiros mucho menos. Aquella casona de madera era muy intimidante, tenía cierto estilo de película de terror, la duela del piso crujiente, humedad en todas partes, oscuridad envolvente y silencio absoluto. Era una de las casas en donde no entrarías ni por un millón de condes, porque sabías que terminaría como una de esas viejas películas de terror que hacían los humanos antes de que los vampiros tomaran el control.

Entramos a ella, Erick se veía muy seguro, adolorido pero seguro y yo, aterrado de pies a cabeza, pasamos por el vestíbulo y la sala de estar todo oscuro, no se divisaba ningún detalle, sólo un resplandor al final del pasillo, luz?

Llegamos a lo que era la cocina, luces de velas la iluminaba y otro chico ahí, frente a una cacerola, cocinando.

-Diantres, sólo había para preparar 2 platos de caldo Erick- dijo el muchacho, un chico no mayor que yo, un poco más bajo que Erick, puede que de mí estatura, su tez la tenía clara y cabello rubio, sus pequeños ojos de una tonalidad verdes, penetrantes; tenía una cicatris que atravesar verticalmente su mejillas izquierda, desde su parado a su barbilla; una nariz respingada y sus delgados labios alojaban una sonrisa. Tenía un cuerpo delgado y no muy atlético, y vestía ropas gastadas como las de Erick. Un huérfano más.

-no hay problema, mario, no creo que sea muy difícil compartir un poco, o sí?- dijo Erick molestosamente, por culpa del dolor que sufría.

-claro- convino mario. Esa noche cenes y me quedé con Erick y Mario, ese tiempo se torno en 4 años en los que fuimos los más grandes amigos.

(...)

En los siguientes años todo cambió para bien, Erick y Mario tenían un sueño, que sí bien era raro, era muy viable, convertirnos en vampiros, enlistarnos en sus tropas y así terminar con una buena vida, tratar de cambiar un poco el punto de vista de los vampiros, para ayudar un poco a los humanos "ayudamos a los humanos, no seremos los típicos vampiros crueles que abundan en las calles, en lugar de causar miedo, seremos respetados y ayudaremos a los demás" nos repetía Erick todo el tiempo. Era el más optimista de los 3, y con el pasó del tiempo se arreció, no sólo su carácter, sino también sus facciones, pero nunca dejó el optimismo.

Se convirtió en un sujeto alto, su cabello lago y negro, mucho más fuerte que antes y hábil en pelea, poseedor de unas cuantas cicatrices, en su boca una atrabezaba su labio inferior, haciendo un ángulo de 45 grados en torno a este, y otra en el tabique de su nariz; sus ojos marrones casi negros y su tez ligeramente morena no habían cambiado mucho, pero sí sua miradas y expresiones, además de su cara y cuerpo, ahora era un buen aspirante a vampiros.

Mario y yo no éramos tan optimistas en cuanto al tema de volvernos vampiros, eran asesinos, monstruos fríos que buscaban sangre y propinas miedo a los humanos para mantenerlos a raya. Mario era el más analítico de los tres, con el pasó del tiempo comenzó a tener mejor cualidad para contemplar cada probabilidad y sacarle el mejor provecho. El también había cambiado. Facciones y mentalidad, todo el era nuevo en cierto aspecto.

Su cabello rubio lo mantenía corto, su cicatriz de la mejillas izquierda seguía ahí (se la había propinas un vampiros cuando Mario se interpuso entre su madre y el) nunca dejaría que desapareciera; sus ojos verdes ahora eran un foco de análisis, desconfiaba de casi todo, a excepción de Erick y yo; su delgada figura se había tornado y aunque no era el más rápido (ese era Erick) o el más fuerte (ese era yo) era el que tenía mejor técnica y habilidad. Sin mencionar que era el más pequeño de los 3, había crecido a penas 10 centímetros desde que llegué con ellos.

Yo también había cambiado tanto en mente como en cuerpo, no creía que convertirnos en vampiros fuera la mejor solución, pero aceptaba que era viable, aunque no estuviera contento del todo, también desconfiabajo de lo mucho que podría cambiarnos.

Me había vuelto más delgado y fuerte, era el más alto de los tres le ganaba a Erick por un par de centímetros una cicatriz en mi frente me acompañaba desde mi primer encuentro con Erick; me dejaba mi negro cabello largo, sinceramente no podía escribirme más, sería necio y tonto. Esos éramos nosotros, Erick gustaba de llamarnos los 3 mozqueteros, eran personajes de un libro viejo. A Erick le gustaba mucho la vieja literatura humana, yo tenía un cierto gusto por el viejo cine y mario por el teatro humano, sí, éramos unos raros

domingo, 7 de abril de 2013

Si muriera mañana

Si muriera mañana, sinceramente no creo que fuera duro el golpe, como cualquier individuo del universo, soy prescindible, que más da un tonto humano menos en el planeta, ya fuese, enterrado 3 metros bajo el escombro o cremado, no cambiaría mucho. Tal vez un par de entes me llorarían y por un tiempo me echarían de menos, pero el luto es pasajero, no puedo esperar a que me lloren durante el resto de su vida, no sería justo... Y no es lo que quiero. Si muriera mañana, recuerda lo que viviste ayer conmigo y goza lo que vives hoy conmigo.

si muriera mañana, trata de no llorarme tanto, las lágrimas son necesarias, pero no obligatorias, llora todo lo que necesites y después, recuérdame y ríe, por mis malos modos, por mis groserías, por mis ocurrencias o simplemente, por tu ingenuidad al aceptarme contigo, pero si ya me lloraste una vez, no lo hagas de nuevo.
Si muriera mañana, recuérdame un tiempo y luego olvídame. Será mejor, será simple y tranquilo, será lo que quiero.


y así, queridos lectores, si hoy tuvieron un mal día, no se preocupen,
mañana pueden tener uno peor.
MIGUEL YAHIR CÁZARES SOLORIO
MYCS



Una cría de perro

Prólogo

... Erick y yo corríamos despavoridamente entre los callejones de nova sangrarria, a penas logramos llevar un buen paso, el miedo e incertidumbre nos llenaban a ambos y tras de nosotros una voz chillaba vociferando majadería y media, que a cada grito se acercaba más.

-CORRAN IMBECILES, EN OCASIONES ME GUSTA JUGAR CON MI COMIDA- gritaba la voz atrás de nosotros y a cada zancada que dábamos la sentíamos más próxima.

Mi nombre es... O era, alan, acababa de cumplir los 17 años y era otro humano tonto, huérfano, aspirante a grandes cosas, igual que mi amigo Erick. Erick, quién había vivido conmigo (o yo con el) durante los últimos 4 años, estaba a punto de cumplir los 18.

El y yo éramos, más que amigos, hermanos de un mismo triste destino... orfandad.


y así, queridos lectores, si hoy tuvieron un mal día, no se preocupen,
mañana pueden tener uno peor.
MIGUEL YAHIR CÁZARES SOLORIO
MYCS

viernes, 5 de abril de 2013

A media noche

A mí cruel, odiosa, hermosa y amada niña

Descansa mí niña,
Ojitos de cristal,
Espero, en mis sueños,
Poderla encontrar.

Pues grito a mares,
Esperando tú silueta,
Mirando tantos lugares,
Buscando paz a mi alma inquieta.

Pidiendo a esa mujer,
Poder besarla de nuevo,
Conservar su querer,
Porqus hoy, sólo espero

Toparme con su pelo,
Con su perfume, su sonrisa,
Su ser, hermoso y perfecto
Que mis tejidos eriza.

Y aquí estoy, a media noche
Esperando un fugaz encuentro
Y guardaos con mi broche
Sin importarme el desvelo.

Y aquí estoy, a media noche
Queriendo encontrar tus besos
Sin buscar ningún reproche
Sólo tus labios bellos.

¿por qué no empezar de nuevo?
No quiero irme al olvido,
Mostrarte que aún soy
Lo que desde siempre he sido.

Sostener tus delicados huesos,
Enredarme en tus cuerdas vocales,
Contener todos esos besos
Que un día olvidaste darme.

Pero ahora, mi niña, duerme, descansa
Y sí es posible sueña conmigo.
Y ahí, entre sueños, dedicarte un par de alabanza
Y poder encontrarte, en cualquier maldito camino.

Y al encontrarte, solo te querré ver,
Podré tenerte de nuevo y estaré contigo,
Seré tuyo, porque de ti, nunca dejé de ser
Y me quedaré así, feliz de tenerte conmigo.

...

Más, por lo pronto, camina,
Por que dejaré de buscarte,
Tal vez un día, mi niña,
Tenga la suerte de encontrarte.

~mientras, esperaré... Un tiempo~


y así, queridos lectores, si hoy tuvieron un mal día, no se preocupen,
mañana pueden tener uno peor.
MIGUEL YAHIR CÁZARES SOLORIO
MYCS

domingo, 31 de marzo de 2013

Dormido en el limbo

VIII.- Estanques, cuarto y voces

Subimos por la larga escalinata de piedra. Un tanto húmeda y por primera vez desde que llegué a aquel desolado lugar sentí frío, en aquella porción de la torre, donde estaba la escalinata hacía mucho frío, estaba construida todas las paredes y el techo de roca gris, las escaleras eran de la misma madera que eran el piso y las mesas de la taberna, mientras subíamos el crujir de las tablas se apoderaba del entorno.

Al terminar las escaleras nos encontramos en lo que parecía una enorme caverna muy grande a comparación de la taberna.

-wo, Diana ¿donde estamos?-

-¡ah! En los baños de la torre, a que os queréis tirar una ducha- contesto la rara chica.

Al decir esto me percaté que en la caverna había por lo menos 6 estanques y en 3 de estos desembocaba una caída de agua como si  fueran pequeñas cascadas. La caverna estaba alumbrada por unas cuantas antorchas que despedían una peculiar luz azul que hacía un gran contraste con la piedra morada de las paredes. Al fondo se alzaban lo que parecían otras escaleras que seguramente llevaban al siguiente piso. Era el lugar más bello que había visto en aquel extraño mundo.

-oye ¿que haces?- le pregunté a Diana cuando esta se disponía a retirase su túnica.

-¿que más? pos me voy a dar un chapuzón. ¿qué, vos no os lo daráis?-

-no, bueno no ahora- Diana me miro extrañada, re acomodó su túnica y me dirigió a las escaleras.

-Venga, entonces vamos arriba- me comentó un tanto molesta

subimos el otro tramo de escaleras, igual de frío y oscuro que el primero.

Al terminar las escaleras nos encontramos en un pasillo, parecido al pasillo de un hostal, iluminado con velas y un par de las peculiares anchas azules. "¿Que demonios era aquella torre?" me detuve de tajo, admirando un cuadro que se encontranba en la pared, era un bello cuadro, en el cual se encontraba retratada la gran torre y muchas sombras aglomeradas al pié de la imponente construcción.

Diana se detuvo frente a una de las puertas, usando sus grandes zarpas que ya casi habían retomado la forma de sus delicadas manos pálidas, retiró un collar que tenía enredado en su cuello y me lo dio. El collar tenía una pequeña llave de plata.

-Abre, aún no las manejo, pero ya están retomando su forma natural- me dijo Diana mientras me regalaba una sonrisa de esas que intimidad pero fascinaban y me tendía la llave.

Tomé la perilla de la puerta. La puerta estaba hecha del mismo material de las grandes puertas de la taberna y tenía un número 18 en la parte superior.

Introduje la llave en la cerradura y con un sentimiento de incertidumbre que me llenaba de pies a cabeza giré el picaporte oxidado que parecía de cobre.

Cuando la puerta se encontró abierta el sentimiento de profunda incertidumbre que contenía, fue sustituido por una euforia y felicidad tremenda. Era una recámara, una maldita recámara en medio de ese extraño mundo. No se parecía a la recámara de algún rey, pero era algo, debo admitir, más de lo que podía  esperar o pedir. Dentro de la recámara habían 2 camas individuales, una curiosa mesita entre las camas y una especie de ropero; sobre una de las camas se encontraba doblada una túnica color kaki oscuro y sobre la otra unos pantalones de mezclilla y una camisa de color verde oscuro (coño, donde está la ropa interior); sobre la mesita, que también estaba hecha de la peculiar madera, había una jarra de agua, una botella de un whisky cuya marca era extraña y un par de vasos de cristal; me aproximé al ropero y traté de abrirlo, fueron en vano mis intentos, no pude abrir el ropero pero era suficiente con todo lo demás.

-tío, podéis dormiros, yo me daré un baño ¿vale?- la chica miro la túnica, la tomo y dijo -vaya, bones no se liao para na- se dispuso a retirarse

-claro ¿y mientras yo que hago?-

-pos yo que sé, haced lo que os venga en gana, sí gustas podéis venir a daros un chapuzón, que bien os hace falta- dijo mientras se retiraba al piso de abajo.

Me recosté y me llegó esa sensación de libertad y tranquilidad que en ocasiones muy raras te dan, todo estaba tranquilo, todo estaba en paz aunque no sabía por que estaba ahí.

-¿cómodo?- preguntó una voz terriblemente familiar, miraba al techo de piedra y no bajé la mirada al instante, era imposible, hacía muchísimo tiempo que no me pasaba eso... Y peor aún, nunca había captado esa voz tan clara, tan real.

-claro que está cómodo, hasta tú lo estarías- dijo una segunda voz que me aterró igual o más que la otra.

-oye ¿que putas hace una cama en medio de una "dimensión" (o lo que dientes sea) como está?- dijo una tercera voz.

Eso no era posible, era improbable encontrarse con algo así, ahí... O no?

Al bajar la mirada me encontré con 3 figuras perfectamente nítidas, una llevaba una chamarra de mezclilla, una playera negra, unos pantalones de mezclilla con un color más claro que el de la chamarra y un par de botas; la segunda figura, llevaba una camisa de color vino, unos pantalones negros de vestir y unos zapatos muy elegantes; la tercera, llevaba una playera roja, unos pantalones de mezclilla de color negro y un par de tenis que parecían hechos de foamy.

-esto no puede estar pasando, no mamen-dije para mí en voz alta

-oh sí, sí está pasando- me contesto el sujeto de la chamarra de mezclilla en cierta burla.

Todos eran yo, sólo que ahora no escuchaba un montón de voces debatiendo en mi mente, ahora todas y cada una de mis personalidades estaban frente a mí, sonriendo y escupiendo estupideces a más no poder, todos mis álter egos estaban ahí, yahir un yo con el cabello casi a rapa, solorio un yo que parecía que no conocía ni las tijeras de caballo ni los rastrillos y cazares un yo que tenía el cabello decente, como a mi abuelita le gustaba.


y así, queridos lectores, si hoy tuvieron un mal día, no se preocupen,
mañana pueden tener uno peor.
MIGUEL YAHIR CÁZARES SOLORIO
MYCS

jueves, 28 de marzo de 2013

Thalmarya

los faroles destellaban la poca de luz que podían, aquel día había sido increíble, de cabo a rabo, ni un regaño, ni un disgusto, ni nada por el estilo, todo estaba en calma... bueno, exageraría si dijera que todo estaba en calma, sabía que no era así, un par de cabos sueltos, no digo que me atormentaran, pero me mantenían un tanto inquieto.

la calle estaba oscura, no eran suficiente luz la que emitían las farolas, un gélido viento recorría la calle, sucia y deshabitada. caminaba entre unas largas hileras de casas, a la derecha y a la izquierda, eran casas un tanto feas, algunas deshabitadas y dañadas por el tiempo. tenía cierto temor, digo, en cualquier momento podría salir un violador y destrozarme... ya saben, eso. o peor aún, aparecer un gigantesco monstruo de 4 metros de altura y aspecto repugnante que me comería... bueno, creo que eso sería mejor que ser violado.

una ráfaga de aire dio un par de vueltas en derredor mío, levanto una nube de polvo y tras un momento la nube de polvo comenzó a condensarse a mí lado izquierdo, la nube comenzó a tomar una rara forma, cambió hasta transformarse en un gaseoso can negro, que pasó a convertirse en un can negro solido.

-qué frío ¿no?- me dijo aquella sombra nocturna en forma de perro

-pues yo no tengo- le contesté mientras seguíamos nuestro camino, el can soltó un par de carcajadas.

-eso ya lo sabemos todos pero ¿qué tal el frío?- dijo mientras mostraba sus blancos y contrastantes dientes en intento de formar una sonrisa.

-desgraciado- le contesté, como no vi venir ese albur, admito que articule una sonrisa y casi rompo en carcajadas, pero no lo hice -donde te habías metido, tenia un rato que no te veía-

-no seas exagerado, antier platicamos- me contestó el can

-sí, pero, ya sabes, los extraño-

-a mí empieza a preocuparme Thalmy, no se había ido por tanto tiempo desde... bueno ya sabes. siento que eso empezó a jodernos- me dijo el can, rozo su pelaje en mi pierna y yo rocé su lomo con las yemas de mis dedos sintiendo su cálido cuerpo y su sedoso pelaje.

-sí, esa ocasión fue culpa mía, yo la corrí, fui bastante idiota, ahora, no se por qué se fue- le comente a sombra.

-tal vez necesitaba irse-

-irse? osea, se va en los peores pinches momentos y nomas no regresa-

un ligero sonido se escucho a nuestras espaldas, sombra se giro velozmente. y arremetió contra la fiera figura inapreciable, mordidas, zarpazos, empujones y golpes volaron por doquier, un golpe me alcanzo y me arrojó hacia atrás, al caer me clavé una pequeña roca en la palma izquierda, sombra cayó abatido del otro lado de la calle "¡SOMBRA!" grité a todo pulmón, cuando volteé a mirar a nuestro atacante solté un suspiro de alivio. una gigantesca figura se acercaba a mi y al llegar, lamió mí cara y froto su hocico con mi mejilla.

-par de tontos, no podeís estar siempre a la defensiva y atacar si piensan que algo puede ir mal, primero analicéis y si véis que perderán, no peleen- me dijo la suave voz perteneciente a la gigantesca loba.

se acerco a sombra y lamió sus heridas, como pudo lo ayudó a levantarse y a venir conmigo.

-¿donde estabas?- le cuestioné a thalmarya con cierto enojo -me tenias preocupado, no sabía si te había pasado algo- la loba me miró y con un pasivo tono aplacó mis temores.

-Cachorro, soy sólo un producto de vuestra imaginación, no me pasará ná- me impactaron las palabras tan directas y frías pero ciertas de la fenrrir.

-Pero, te necesitaba, estaba tan...-

-no me necesitabais, cachorro, de lo contrario me habríais tenió aquí y lo sabemos-

-pero...-

-ella tiene razón- comentó el perro una vez que se repuso -aunque, el también la tiene, Thalmy-

-no es muy importante saber quien tiene la razón, no ahora- le comento Thalmarya a Sombra, y acercandose a mi, me tomo por el brazo con su fuerte hocico, tiro de mi y una vez de píe me dijo -¿qué? ¿os pensabais quedar aquí? eso no es muy vival-

-¿cuanto te quedaras?-

-cachorro, hace a penas un par de meses me habéis dicho que no precisabais de mi-

-sí, y termine bien pinshis mierdas-le conteste mientras me retiraba la piedra de mi mano, su pegajosa lengua lamió la herida, dejando mi mano como si la hubiera metido en  un bote de baba.

-ya sabes- intervino sombra -no soy el mejor para ayudarlo, no como tú-

-tranquilos, bombones, que esta vez no me iré, bueno, no me iré si no me corren-

continuamos por el oscuro camino, thalmy, sombra y yo... que se atreviera un monstruo a intentar comerme, sería entretenido de ver



y así, queridos lectores, si hoy tuvieron un mal día, no se preocupen,
mañana pueden tener uno peor.
MIGUEL YAHIR CÁZARES SOLORIO
MYCS



lunes, 25 de marzo de 2013

Errores, dolores y otras perversiónes

A k.

La gente decide muchas cosas, subir, bajar, pelear, golpear, en fin. tantísimas decisiones que un/a "TONT@" puede optar por tomar. Y a la mayoría de las personas les encanta decir: fue una mala o buena decisión. Les encanta Juzgar tus actos, clasificarlos y calificarlos.

Y sólo tú puedes entender porque hiciste una u otra cosa, a nadie más le interesa, nj tiene porque interesarle.
Estás en todo tú "fuking" derecho a errar, a tropezar una y otra vez, sin la importancia de como le afecte a los demás, pero no, todos decidimos hacer caso a lo que la gente juzga y opina... Y así nace lo que llamamos arrepentimiento y se erige la militarización.

Sólo debemos ponernos a pensar que siempre cometeremos errores, ni feos, ni bonitos... Errores, que simplemente tenemos que admitir y afrontar. Aceptar la consecuencia de nuestras acciones y sí estás se tornan a errores, aceptarlos y sj hay la posibilidad, enmendarlos.


y así, queridos lectores, si hoy tuvieron un mal día, no se preocupen,
mañana pueden tener uno peor.
MIGUEL YAHIR CÁZARES SOLORIO
MYCS

domingo, 24 de marzo de 2013

Dormido en el limbo

VII.- curioso, curioso

El esqueleto me dio el vaso de agua, cuando la probé un mundo de sensaciones se presentaron en mi boca, la helada sensación del líquido danzando de mi boca a mi faringe y luego cayendo cual cascada por mi esófago, aplacando mi sed. Pareciera  que no había probado gota de agua en mi vida, lo tomé de tajo, rápidamente, pero a mi me pareció tan lento, como sí hubiera bebido un río entero.

-¡Wow! Man, You was so thirsty- me dijo el saco de huesos al verme beber tan desesperadamente el vaso de agua.

-¿me das otro?- le solicité al flaco cantinero (y flaco es decir poco) cuando recuperé el aliento.

-sure- me dijo mientras tomaba mí vaso. Seguido, el esqueleto centró su atención en diana y continuó conversando con ella, una vez que me dió el vaso.

-well, what's brings you here?- nos dijo el esqueleto a ambos, o al menos eso pareció.

Diana continuó la platica, yo no comprendía un carajo, pero era gracioso oír el acento iberico de Diana y encima hablando inglés.

Mientras los 2 hablaban he de aceptar que me sentí celoso, había tenido la atención de Diana desde que me la topé y ahora comenzaba a sentirme desplazado. Me enfoqué en inspeccionar el entorno.

Estábamos en una especie de bar, era muy amplio, había 3 barras y cerca de 10 mesas con sus respectivas sillas, todas las mesas y las otras barras estaban ocupadas por sombras (no tenía idea de que haría alguien gaseoso en una cantina, pero ya nada me sorprendía). En las barras se observaban un monton de botellas, vasos, tarros y otros recipientes. Los olores no se perdían, aún captaba con mucha nitidez las deliciosas esencias Y comencé a alejarme de la barra.

-tío ¿a donde vais?- me dijo Diana al tiempo que se levantaba de la silla.

-voy a dar un vistazo- le contesté, ella hizo una mueca de inseguridad, se separó de la barra dispuesta a ir conmigo.

-leave him, he wont get lost, well, i think so- le dijo el cantinero a Diana.

Ella me miró, asintió y me dedicó una sonrisa, acto seguido se volvió a sentar frente a la barra.

Continué con mi inspección a aquella gran cantina, eché un vistazo a cada barra, en una había otro esqueleto, este hablaba... No tenía idea si era chino o japonés... O cualquier idioma oriental. Y en la última barra una calaca que hablaba algo así como francés.

En el lugar los únicos corporeos (que era el término que usaba Diana para definirnos a nosotros) éramos Diana y yo, y bueno, también los cantineros, sí ellos se podían considerar como corporeos.

El piso estaba hecho de madera, me parecía que era madera de los árboles no-flamables que estaban en los ríos de lava. La estructura era tanto de piedra negra, comí la de los pisos, como de una piedra morada, como la que había en la parte externa de la torre.

Era tan extraño estar ahí, sólo nosotros, los cantineros y las sombras, me senté en la barra donde estaba el esqueleto francés y traté de probar mi hipótesis.

-Oye ¿me das una copa de vino?- le pregunté, el esqueleto, quién portaban un traje color marrón. Este no me contestó, le repetí mi petición.  balbuceó algo que no entendí, algo así como "yene compran pan" y siguió con sus ocupaciones. Bien, sólo me entendía el saco de huesos anglosajón, eso era algo frustrante ¿como me entendía? Preferí no darle vueltas al asunto, me limité a descansar mi cabeza y brazos sobre la barra y esperar a que Diana me llamara.

Caí dormido unos segundos, aunque bien pudo ser un largo tiempo, escuchaba gritos de personas y el sonido de autos policíacos  volví a sentir ese duro golpe en la cara y desperté. Me incorporé y traté de analizar mi "sueño", el sonido de las sirenas, los gritos... Ese dolor penetrante que llegaba a mí cara, era tan raro.

Analizaba las cosas para saber que era lo que seguía. Dejé mi análisis cuando canté una intensa sensación, un dedo bajando delicadamente por cada una de mis vertebras, produciendo una sensación, no de cosquillas, más bien de placer inimaginable, la cual hizo que me arqueara y retorciera como nunca.

-bonjour, monsieur- me dijo al oído una voz, tan bella, fascinante, tan sensual que hizo estremecer cada uno de mis átomos.

Se sentó junto a mí, era una mujer increiblemente despampanante, esbelta, con un cuerpo impresionante, su largo y lacio cabello le tapaba casi toda la cara, pero la porción que se le lograba ver era tan fina, tan delicada. portaba un elegante y sexy vestido negro, bastante corto, unos guantes morados de seda, una gargantilla de oro y unos tacones del color mismo de sus guantes.

aquel vestido la hacía lucir increíble, resaltaba todos y cada uno de los atributos, me dejo sin habla, sin tener una jodida idea de como reaccionar y solo me limité a decir.

-Pe... pe... perdón, no entendí- le dije a la hermosa mujer, esta apartó su cabello de la cara, o al menos una porción. logré ver como sus carnosos y rojos labios formaban una picara sonrisa, y su ojo derecho, de color rojo, me observaba.

-cierto, olvidaba ese detalle y ¿qué piensas?- me preguntó la mujer, acto seguido dijo algo en el idima del cantinero, este inmediatamente trajo un par de copas, ella tomo una y me señaló la otra.

-no, gracias- le dije timidamente.

-si la quieres, pero temes que algo pase, fuiste valiente para llegar aquí... aunque también muy cobarde, hazlo, tómala-

¿a qué se refería aquella mujer? y pero aun ¿quien era? ¿que hacía ahí? escalofríos aremetieron contra mí, era algo escabroso.

-¡Miguel!- Gritó Diana desde el otro extremo de la barra -vamos, quiero dormir otra vez- dijo mientras agitaba sus zarpas, que comenzaban a tomar forma de manos humanas de nuevo. la mujer seguía ahí, pero al parecer, Diana no se percató de ella.

-medítalo e igual luego conversemos de nuevo- me dijo la  mujer, alzó la copa y le dio un sorbo.

corrí a encontrarme con diana, la mujer se quedo junto a la barra, y al llegar con Diana. no quise voltear para investigar si la mujer seguía ahí.

-¿ahora a donde vamos?- cuestioné a Diana

-al segundo piso- me contestó...



y así, queridos lectores, si hoy tuvieron un mal día, no se preocupen,
mañana pueden tener uno peor.
MIGUEL YAHIR CÁZARES SOLORIO
MYCS