si muriera mañana, trata de no llorarme tanto, las lágrimas son necesarias, pero no obligatorias, llora todo lo que necesites y después, recuérdame y ríe, por mis malos modos, por mis groserías, por mis ocurrencias o simplemente, por tu ingenuidad al aceptarme contigo, pero si ya me lloraste una vez, no lo hagas de nuevo.
Si muriera mañana, recuérdame un tiempo y luego olvídame. Será mejor, será simple y tranquilo, será lo que quiero.
y así, queridos
lectores, si hoy tuvieron un mal día, no se preocupen,
mañana pueden
tener uno peor.
MIGUEL YAHIR
CÁZARES SOLORIO
MYCS
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