domingo, 14 de abril de 2013

Una cría de perro

Conforme pasó el tiempo, Mario, Erick y yo nos fuimos haciendo más unidos, entrenábamos mediante luchas que hacíamos entre nosotros. Unos palos que habíamos tallado y convertido en un intento de burdas espadas de madera eran nuestras armas, la casa tenía un patio bastante grande, el cual lo usábamos para entrenar, aprendimos a dar golpes (como podíamos) en ese tiempo fue cuando do cada quién desarrollo su fuerte.

Erick tomó su velocidad, su gran agilidad al tirar golpes y manejar cualquier arma de una mano. Si no te acercabas a el lo suficiente estabas tendido fácilmente. Uno de los combates más interesantes con él, fue un par de meses después de mi décimo sexto cumpleaños. Nos habíamos preparado para entrenar una hora después de la comida y mientras Mario iniciaba los preparativos para la cena, Erick y yo salimos a batirnos en duelo.

Cabe mencionar que unos días antes el y yo habíamos tenido un altercado... Por una chica, sí, ese desgraciado se creía todo un don juan y me acababa de jugar chueco con una chica que vivía no muy lejos de ahí, ambos estábamos indignado con el otro. Yo por haber perdido una linda chica a manos de ese hijo de perra... Él, porque le dije que era un maldito desgraciado roba chicas.

Él, cargó con una de las espadas de madera más delgada y ligera de todas las que habíamos fabricado, yo, con una tosca hacha que había hecho mario.

El combate fue interesante, ambos teníamos que sacar el odio que teníamos con el otro.

Nos situamos en el centro del patio y nos preparamos. Las reglas eran claras. La primera era que un  golpe del arma de madera en el vientre, el cuello, el pecho o la cabeza era una muerte automática y la segunda... Era que todo estaba permitido.

El primero en moverse fue Erick, balndió su espada con su mano derecha, desde su costado izquierdo hacia en frente de mí. Apenas logré bloquear su golpe, balancee mi hacha usando mi cuerpo, primero bloquee el ataque de erick y después giré sobre mi mismo, tratando de golpearlo, Erick logró evadir mi golpe, le pasó rozando el vientre. Casi instantáneamente, él, levanto su espada haciendo un arco que iba desde su flanco derecho y caía veloz y potente, con la intención de asestar un duro golpe en mi cabeza... Ese pudo ser el fin, pero logré recibirlo con una patada frontal, la cual lo sacó de equilibrio y obligó a que fallara. Asesté un golpe con el largo mango del hacha en su pierna izquierda, cayó sobre su trasero, inmediatamente después de darle el golpe en la pierna, dejé caer mi hacha con toda potencia posible, el bloqueó con su espada, la hoja de madera quedó a un par de centímetros de su cuello.

-te gané- grité emocionado, él sólo hizo una mueca de incomodidad y desprendió un leve quejido. Tiró una patada a mi pie derecho, provocando que yo también cayera.

Ambos giramos rápidamente a tomar nuestras armas y nos reincorporamos a toda prisa, fui yo quién se levanto primero, pero al levantar mi hacha perdí unos segundos, que normalmente eran nada, en los momentos de batalla eran una eternidad. Erick corrió con su espada en la mano derecha, salto apoyándose en un par de cajas y mientras caía junto a mi lanzó una estocada directo a mi pecho. El penetrante dolor me sofocó y me tiró, quedé tendido de espaldas, sin aliento, acabado y Erick, sin aliento, en cuclillas junto a mí. Lo único que recuerdo fue que después dijo.

-wee, perdón, pero la neta, ni estaba tan buena-

-si no estaba tan buena ¿por qué se supone que me la bajaste?- le contesté dolido del pecho.

-ok, igual y sí estaba bien buena- dijo y soltó una carcajada.

-que te devore un vampiro, pinche ojete-.

Esa maniobra Erick la llamó la caída del aracnido, la cual la perfecciono a tal grado de que se convirtiera en su arma maniobra más poderosa en batalla.

Mario por su parte era el más analítico. El estratega por excelencia, siempre pensaba antes de atacar, h sólo comenzó a participar en los duelos después de haber visto muchas peleas entre Erick y yo. Una tarde. Después de haber preparado la cena, Mario decidió entrenar contra Erick, Mario había peleado contra mí un par de veces, siempre ganando, pero nunca se había enfrentado a Erick, y esa sería la primera vez en que pelearan, me puse en primera fila, vi que Erick tomaba un intentó de katana que había fabricado un mes antes y que se había convertido en su arma preferida. Por su parte Mario tomó 2 dagas con hoja curva que el mismo había fabricado, de hecho casi todas las armas de entrenamiento habían sido fabricadas por Mario.

Erick se plantó frente a Mario levantó su espada y comenzó a arremeter contra el rubio. Comenzó dando múltiples tajadas en un intento de golpear a Mario, el tipo bajito a comparación de Erick, se mantenía estático en el lugar donde se había posado desde un principio sólo dejaba esa posición para esquivr  las estocadas que lanzaba Erick. Después de uno o dos minutos en los cuales Erick lanzaba tajadas y estocadas y Mario sólo se dedicaba a esquivarlas y desviarlas con ayuda de sus dagas. Hubo un momento en el que Erick se desesperó y comenzó a moverse más de la cuenta, le tiró un codazo a Mario, después de dar una fallida estocada, Mario se desequilibrió Y cayó de rodillas, rodó para alejarse del alcance de Erick, pero era tarde, Erick ya había brincado, su estocada final era inevitable, Mario se levanto como de rayo, había quedado justo al alcance de la estocada de Erick... Pero Mario giro sobre si mismo, adelantandose a Erick, salió del alcance del muchacho moreno y quedó frente a su espalda y un segundo después, lanzó una estocada a esta, usando una de sus dagas de madera. Acto seguido, poso la daga restante en torno a la garganta de Erick.

-te gané- cantó Mario en un tono de plena victoria.

Era la primera vez que veía como Erick perdía un encuentro... Considerando que casi todos habían sido contra mí. En adelante mario solía practicar con nosotros una vez que terminaba de preparar la cena, rara vez perdía ante mí y contra Erick tenía una racha de igual victorias que derrotas. Giro de ángel, era el nombre perfecto para un sujeto metrosexual chaparro, bueno ¿a quién quería engañar? envidiaba a esos 2 desgraciados. Erick solía estar muy callado cuando perdía ante mario y yo, yo solía estar mal humorado. El hecho de no ganar casi ningún jodido encuentro era frustrante, ganaba un par por descuido de mis oponentes o por que no estaban al 100% de su fuerza.

Yo sólo practicaba, no era el mejor con espadas o dagas, pero encontré mi arma predilecta entre tantos combates. Las armas pesadas eran mi fuerte, las blandía con mucha facilidad, en especial las hachas, con ayuda de Mario me fabriqué una estilo bulkeman bastante resistente, larga y dura.

Un día nos tocó un encuentro a Erick y a mí.
Erick tomó su "katana", yo me armé con mi hacha. Tenía una racha de 3 semanas de derrotas ante el sonriente moreno.

-comienzo a cansarme de patear tu trasero todos los días-

Mario nos miraba y se reía, siempre hablábamos mucho antes de la pelea. Pero ese día estaba muy frustrado, demasiado como para intentar fanfarronear. Así que me limité a afirmar con la cabeza.

El combate comenzó, me avalancé contra erick con la cabeza de mi hacha por delante. trataba de acabar rápido, no me permitiría que Erick tomara ventaja de su velocidad, pero erré, con un raudo movimiento esquivó mi embestida, se posó a mi lado izquierdo y lanzó una estocada, logré esquivar y al hacerlo le sonrajé un golpe en la nariz con el extremo opuesto del hacha.

-eso dejará montón- gritó Mario riendo.

Erick se desorbitó con el golpe y se descuidó aún más con le intervención de Mario, era época momento para acabarlo. Hice una parábola con mi hacha, desde el extremo derecho hasta su cabeza, que se encontraba al extremo izquierdo. él se apartó, blandío su espada y me descargo un fuerte golpe en mi hombro derecho, solté el hacha, me empujó con una patada, me tiró y me hizo rodar

-¡TE TENGO- oí gritar a Erick

Traté de incorporarme, era tarde, Erick ya había saltado para asertarme su golpe final. Veía la figura de Erick acercarse hacía mí, en un arranque de adrenalina, me levanté como de rayo, lo embestí, él soltó su espada, caímos en seco sobre la hierba del patio, me levanté rápidamente, ahora era una pelea mano a mano. "valió verga", pensé, el era mejor peleando, pero una idea me acogió, una vez de pié, corrí hacía Él y lo sujeté con un abrazo, le tiré un cabezaso lo desorbito, pero no sólo el, yo también quedé algo confundido, pero no cedí mi intento, sin apartarme de el comencé a golpear su cara, con un frenesí tremendo.

-¡BASTA!- gritó Mario mientras me separaba de Erick. él comenzaba a sangrar de un pómulo. Y yo, perplejo, me quedé junto a ellos.

-Weeeee- me dijo Erick

-perdón, perdón, perdón, perdón- dije angustiado.

-me ganaste- me contesto Erick con una especie de sonrisa. En adelante supe que para tener una oportunidad debía acercarme lo suficiente a ellos...

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