domingo, 25 de agosto de 2013

las cosas siempre siguen su curso.

no estoy tranquilo, pero debo decir que tampoco estoy nervioso. tengo esa sensación en el estómago de que algo nuevo se avecina y no se sí sonreír o preocuparme.

y sí, tengo tantos planes y me he embullido en tantos sueños, que sinceramente... temo el hecho de no cumplirlos.

he soñado con parís, con el instituto pasteur... he soñado con una casa de dos pisos, y un amplio jardín. y al mismo tiempo, he soñado con un viaje por el viejo mundo, España, Portugal, Francia, Grecia, Italia, Alemania, Holanda y terminar conociendo el corazón de Rusia. para después, todos esos recuerdos y sueños, plasmarlos. si no en una hoja de papel, guardarlos, letra a letra, bit a bit... en una http, donde siempre esté lista para, si mañana lo necesito, leerla.

pero ahora, viene una afrenta, que sé, será más difícil que jugar al Gato bros o rankear en League of Legends, pero bueno.

"el que quiere azul celeste, que le cueste"

miércoles, 21 de agosto de 2013

bailando en mi burbuja.

Me encontraba en una silla... frente al mar. ¿Cómo, cuando y por qué llegué ahí? son preguntas cuya respuesta no encontré. Lo único que sabía es que era una linda palapa, había una pequeña mesita con un par de platos y vasos sobre ella, dos sillas, la playa extendiéndose a los lados, una extraña aglomeración de vegetación a mi espalda y, frente a mí, se extendía el mar en todo su esplendor.

El clima era perfecto, la brisa nocturna me caía en la frente. la luna, brillaba como nunca sobre el techo de la palapa e iluminaba todo el entorno. Nunca me había gustado el mar al ciento por ciento, pero, si el ambiente sería así, podría aprender a amarlo.

Por un momento imaginé todo lo vivido, cada tropiezo y cada caída, cada vez que me levanté y cada vez que me dejé caer. Una sonrisa se creó en mi  boca y todo se enmarañó, me abrazó y me besó. Me dejé llevar por todas esas vivencias y me arrojé al agua. Aquel toque sutil de frío me recorrió y se apoderó de mi cuerpo, me sedujo y me invitó a llevar una danza con ella. y bailé, la luna nos orquestó una dulce melodía y las olas de aquel calmado mar, se avivaron para danzar junto a mi.

"¿Qué sigue?" me atreví a preguntarme. solo me limité a bailar, ni siquiera pensé, dejé que la luna continuara con su bello canto y las olas, con su hermosa danza. Un largo momento de goce me hipnotizó y entonces entendí que seguiría.

-¡QUE SIGA, LO QUE DEBA SEGUIR!- grité con un éxtasis indescriptible -¡SIGO YO!-...


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Cuando me desperté, sabía que algo había cambiado en mi, pero que seguía siendo el mismo niño idiota y eso me hacia feliz. Me arreglé lo más rápido que pude y me marché a la facultad. con mi imaginación en la bolsa del pantalón, para recordarme que todo irá bien, y mis miedos en la bolsa chiquita de la mochila, para recordarme que debo prepararme. y me aventuré a descubrir que había afuera de mi burbuja.