Quizá por miedo a la
noche la gente escribe poemas, va a talleres, escribe poemas, se postula a
concursos, gana, escribe más poemas, publica un libro y el ciclo se repite las
veces que sean necesarias, tanto como sea posible.
No tengo idea si ese
fue el proceso para Ezequiel Carlos Campos, “Cheque”, un joven zacatecano que
puede transformarse de una figura intimidante al tipo más amable que puedes
encontrar en un taller exprés de poesía.
Pero por respeto al
lector, no hablaré mucho del autor; me concentraré, mejor, en su segundo libro publicado
cuyo título ya cité: “Quizá por miedo a la noche”, un cuadernillo de no más de
treinta páginas parido por la editorial “Rey Chanate” en un tiraje diminuto.
La primera vez que leí
algo del buen “Cheque” Campos, la verdad no me atrapó. Tiene un lenguaje
extensísimo, un manejo de significados increíble y un ritmo pausado, donde se
toma tiempo para entregar su discurso y disfrutar cada palabra. Todo esto es
maravilloso, pero no es exactamente la lectura que buscaba y tras leer el
primer poema del libro, no terminé muy convencido. Sin embargo, el hojear el
cuadernito me generó curiosidad.
Dentro, veía las
palabras organizarse, construir lunas y sillas. Las letras flotaban y caían en
forma de lluvia para crear charcos de tinta siempre que el poema lo necesitara.
Con el paso de las
hojas, ya en el quinto poema, me devoré el libro en no más de hora y pico. las
formas fueron más evidentes: sonetos, caligramas, poemínimos (acabo de aprender
ese término), verso libre, prosa, un largo etcétera. Y agradezco esta
diversidad que le da tanta vidita al libro.
Los poemas que
presenta, no son lo más potente que he leído de “Cheque”, pero la forma en que
utiliza el amor, y sobre todo el desamor, te hace empatizar sin esfuerzo
alguno. Es leer y darte cuenta que estás tan en jodido como el poema lo dice y
a pesar de la decadencia que te hace sentir, no quieres dejar de leer y ese
sentimiento es precioso.
Si bien Ezequiel señaló que el libro fue un ejercicio
para encontrar su voz en este mundo-poesía, ya quisiera yo que un simple
ejercicio me saliera tan bien como le salió este libro que, bueno, tiene uno que
otro problema, como todo. Pero a pesar de eso, tiene más virtudes que errores.
Con todo, el amor que
más resalta aquí es el de Ezequiel para con sus poemas. La forma en que cuidó
y apoyo sus escritos hasta que vieron la luz en una publicación. Lo que a mí me
recuerda mucho el: si escribes y no te gusta lo que escribes entonces algo
estás haciendo mal.
En resumen y por si no
quedó claro con tanta fanfarria: el libro de Cheque está piolas, es una
mezcolanza de formas que entrega poemas de amor que van más allá de “poesía
eres tú” y, aunque en momentos flaquea un poco, me gustó un chingo, besitos.
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