sábado, 5 de mayo de 2018

Opiniones que a nadie le importan: Quizá por miedo a la noche de Ezequiel Carlos Campos


Quizá por miedo a la noche la gente escribe poemas, va a talleres, escribe poemas, se postula a concursos, gana, escribe más poemas, publica un libro y el ciclo se repite las veces que sean necesarias, tanto como sea posible.

No tengo idea si ese fue el proceso para Ezequiel Carlos Campos, “Cheque”, un joven zacatecano que puede transformarse de una figura intimidante al tipo más amable que puedes encontrar en un taller exprés de poesía.

Pero por respeto al lector, no hablaré mucho del autor; me concentraré, mejor, en su segundo libro publicado cuyo título ya cité: “Quizá por miedo a la noche”, un cuadernillo de no más de treinta páginas parido por la editorial “Rey Chanate” en un tiraje diminuto.

La primera vez que leí algo del buen “Cheque” Campos, la verdad no me atrapó. Tiene un lenguaje extensísimo, un manejo de significados increíble y un ritmo pausado, donde se toma tiempo para entregar su discurso y disfrutar cada palabra. Todo esto es maravilloso, pero no es exactamente la lectura que buscaba y tras leer el primer poema del libro, no terminé muy convencido. Sin embargo, el hojear el cuadernito me generó curiosidad.

Dentro, veía las palabras organizarse, construir lunas y sillas. Las letras flotaban y caían en forma de lluvia para crear charcos de tinta siempre que el poema lo necesitara.

Con el paso de las hojas, ya en el quinto poema, me devoré el libro en no más de hora y pico. las formas fueron más evidentes: sonetos, caligramas, poemínimos (acabo de aprender ese término), verso libre, prosa, un largo etcétera. Y agradezco esta diversidad que le da tanta vidita al libro.

Los poemas que presenta, no son lo más potente que he leído de “Cheque”, pero la forma en que utiliza el amor, y sobre todo el desamor, te hace empatizar sin esfuerzo alguno. Es leer y darte cuenta que estás tan en jodido como el poema lo dice y a pesar de la decadencia que te hace sentir, no quieres dejar de leer y ese sentimiento es precioso.

Si bien Ezequiel señaló que el libro fue un ejercicio para encontrar su voz en este mundo-poesía, ya quisiera yo que un simple ejercicio me saliera tan bien como le salió este libro que, bueno, tiene uno que otro problema, como todo. Pero a pesar de eso, tiene más virtudes que errores.

Con todo, el amor que más resalta aquí es el de Ezequiel para con sus poemas. La forma en que cuidó y apoyo sus escritos hasta que vieron la luz en una publicación. Lo que a mí me recuerda mucho el: si escribes y no te gusta lo que escribes entonces algo estás haciendo mal.

En resumen y por si no quedó claro con tanta fanfarria: el libro de Cheque está piolas, es una mezcolanza de formas que entrega poemas de amor que van más allá de “poesía eres tú” y, aunque en momentos flaquea un poco, me gustó un chingo, besitos.


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