domingo, 16 de noviembre de 2014

El caballito

I "Yo la quise, y a veces ella también me quizo"

Esa mañana caminé por  aquella interminable calzada, un delicado viento frío acariciaba mis orejas con cariño peculiar, aquel lugar estaba preso de una multitud de gente que iba y venía sin tomarse ni siquiera un segundo para admirar la preciosa estampa que formaban los habitantes y su medio: cientos de personas y una larga calzada de cantera que terminaba en no sé dónde, engalanada con árboles gigantescos que formaban arcos al entrelazar sus copas.

Yo decidí recorrerla, por.mero gusto, por simple amor a la caminata y a él privilegio de mirar hermosos paisajes. Poder mirar una que otra fachada de casas erigidas con mármol cuyos marcos aún eran de madera y con cristales.muy gruesos y toscos, con detalles y formas muy peculiares. La calzada estaba delimitada por unas especie de bancas de piedra rosa que se extendían tan a lo lejos como la vista lo permitiera y permitían a todos los transeúntes descansar por un rato al menos.

Un buen rato me tomó recorrer toda la calzada, al fondo un templo abría sus puertas para quien quisiera entrar y acercarse a una deidad muy conocida, pero este no fue el que llamó mi atención. Quien lo hizo fue un espejismo, una parte de mi imaginación o tal vez algo real, una aglomeración de energía de uno setenta y tantos.

Sus ojos miel se clavaron en mí, su sonrisa coqueteó con todo lo que se encontraba frente a ella y sus risos bailaron de emoción.

La miré de pies a cabeza, he de admitir que la forma en que lo hice no fue la más indicada, pero pocas veces podía darme el lujo de hacerlo. Caminé en paso lento y una vez que me encontré a una palma de ella, la abracé, recordé su aroma con tanta facilidad,  halé el cuello de su blusa con mis dientes y dejé que mis dedos recorrieran su espalda en movimientos lentos y cortos mientras mi abrazo la suspendía momentáneamente en el aire. Ella sopló mi cabello, puso su dedo sobre mis labios, arañó mi cuello con su uña índice y arqueó una ceja, con la interrogante de sí el fantasma era ella o era yo.

-No morí- le dije en voz baja.
-Yo tampoco- me contestó con su dulce voz al mismo volumen.

Besé su mejilla, ella me imitó y sonriendo continuó su camino hacia la calzada, de poco en poco se perdió entre el camino de rosado. Mientras se alejaba de mi, de nuevo y mientras yo, miraba su trasero partir, de nuevo.

Del otro lado  de la plaza divisé una larga melena ondulada de lindo color castaño, encarrerada hacia el parque que se encontraba al final de la calle, era una preciosa silueta de altura sobresaliente y cuerpo bien formado, un fantasma muy veloz, que se perdía entre los árboles. Por un momento pensé en tomar carrera y perseguir aquel espectro borroso, al momento siguiente caminé a mi paso en dirección al parque, atravesé la calle y me dejé caer en el pasto del, de una manera en que pudiera aprovechar el enorme espacio arropado por la sombra de varios árboles y el sonido del viento y las hojas en armonía.

Me quedé un buen rato, mirando como el sol se metía ligeramente por entre las ramas de los árboles y vi a aquel espectro pasar por donde yo estaba varias veces, siempre que pasaba, con un par de aretes y un peinado diferentes. Al final, aquel fantasma.corrió en dirección a los arcos que formaban el acueducto de la ciudad, yo encendí un cigarro y caminé en la dirección que llevaba la avenida hasta donde encontraré una paloma ...

"ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero"

lunes, 10 de noviembre de 2014

de poco en poco

ha pasad tiempo... sí, ha pasado tiempo, mucho tiempo que no escribo nada que en realidad tenga sentido, tiempo en que no he hecho nada que disfrute en sí.

recuerdo a un niño, un regordete y muy miedoso niño queriendo escribir rimas pequeñas, rimas patéticas e inconclusas que solo dejaban un pensamiento al leerse: "aprende a sumar", eso era lo que le decían a ese pequeño, una y otra vez escuchaba ese cantar "aprende a sumar" y pensaba en que tal vez era lo indicado, aprender a sumar, multiplicar, restar, dividir... todas esas herramientas utiles para alguien que no se relacionaría con un arte, un montón de herramientas que solo servirían para encontrar un camino más apegado a la ciencia y, de poco en poco, más alejado de su pasión.

recuerdo a un puberto, una especie de adolescente que no era más que un niño con unos cuantos centimetros más de estatura y un lenguaje más florido... sí, por florido me refiero a la dotación de palabras obscenas que manejaba a una edad relativamente corta... alguien cuya pasión se desataba al momento de crear historias, de inventar cuentos fantásticos donde los acontecimientos más increíbles podían llevarse a cabo en un pequeño segundo; un pequeño joven cuyo arte, no solo se limitaba a la sucesión de palabras para crear una historia, si no también se extendía a la creación de sonidos, la imitación de ruidos a los que el llamaba su música; recuerdo, también, la forma en la que cantaba, o alucinaba al escuchar el solo más sencillo que sonara en un instrumento de percusión. Para mi mala suerte, recuerdo la forma en que le recrminaban: "eso no te va a servir de nada, no podras sacar provecho de esto, ¿cantar, escribir, tocar? eso no te va a hacer bien, mejor aprende matemáticas, fisica, química, computación, eso si te será util" y, de poco en poco, chico se vió más alejado de su pasión.

recuerdo a un joven, galante, distraido, a veces caballeroso, a veces idiota, un típico joven. enamorado, emocionado por lo nuevo, encantado con el sentimiento de amor que de nuevo se creaba en su cabeza, como campanas, como el canto de aquellas sirenas que el mismo se había inventado; un muchacho que había avanzado bastante, pero seguía siendo el mismo niño miedoso, que quería poder escribir sus versos sin interrupciones, sin que nadie le dijera que no; pero también era alguien ligeramente diferente, su gusto por las percusiones había decaído, ahora los instrumentos de sonidos graves acaparaban su fascinación, le habían enseñado todas y cada una delas puertas celestiales y lo habían regresado aquí, a la tierra de los mortales. sin embargo, la historia de ese joven no había cambiado: "felicidades, pero aun te falta mucho, aprende todo lo que puedas de las matemáticas, de la química y la física, conoce, entiende y deja de fantasear con cuentos, rimas y canciones que nada bueno te dejan", decían. y, de poco en poco, el joven desertó de aquella pasión que hace tantos años había abandonado.

hoy, paulatinamente, voy conociendo a un adulto... un adulto muy inmaduro, muy ignorante, muy arrogante incluso, un tipo torpe, de mirada triste y sonrisa engañosa, un sujeto cansado del amor y del desamor, pero aferrado a ellos como un pequeño a su juguete favorito, cansado de la tristeza, pero tan necesitado de ella; un hombre que tardó en retomar el lápiz y el papel, un joven que no se dio cuenta de que tan diferentes eran las cosas, alguien que, de poco en poco, va en búsqueda de sus pasiones, sin descuidar sus quereres que tanto le costaron obtener...

domingo, 2 de noviembre de 2014

Calaverita con pulque

Hoy, primero de noviembre
A los pulqueros advierto
Que ahí viene la Huesuda
Pa' llevarlos al entierro.

Y es que está muy enojada,
Va rechinando los dientes
De verdad encabronada
Con los jóvenes valientes

Volvieron a las andadas
Los niñatos españoles
Agarraron sus guitarras
Pa cantarnos sus canciones

Pero alguien comentó
A mi amada.catrina
Que no cruzarán el charco,
No vienen a visitarnos.

"Ahí di ustedes, mis gitanos,
Que no vengan al pantion,
Que lis doy di machetazos
Direitito al corazón".

Ustedes, cabezas huekas,
Ya la tienen sentenciada
Pues ya bien saben mis pulqueros
A la pelona no engañas.

Pero mientras los espero,
Aquí en mi México lindo
Algún día en que lleguen
Para tomar soda y un poquito de mezcal

sábado, 1 de noviembre de 2014

calaveritas de azu´car

A Guillermo cázares solorio

era un día primero
como todos los demás
que ni el dolor ni la pena
nos podía eclipsar.

la catrina había llegado
con las llaves del panteón
para abrir el campo santo
y comenzar el pachangón

"que salgan todos los muertos
directo pal vivo gozo"
comentó nuestra catrina
al ponerse su rebozo

primero fueron los niños
quienes fueron a admirar
aquellos lindos altares
que los hacía pensar

"no hemos sido olvidados
aun tenemos amor
pues la gente de aquí arriba
nos regala el corazón".

hoy les toca a los infantes
y mañana a los demás
hoy preparen bien los dulces
mañana tequila y mezcal

y aunque solo son dos días
en los que puedes subir,
te aseguro mi muertito
siempre me acuerdo de ti

de tus risas, de tus pasos,
tus besitos y apapachos
que en el pasado me diste
y esta vez se me repite

pero esta calaverita
la he de dejar por aquí
pues con mi mini-difunto
hoy me toca convivir