viernes, 20 de junio de 2014

Diminuto

recuerdo bien aquél día, el aire estaba más frío que de costumbre; el relog no marcaba una hora especifica, el tiempo carecía de sentido; no sentía dolor ni rabia, en realidad no pude sentir nada en el momento; solo me pareció que era un punto más en el espacio, uno más de los 6mil millones habitantes en el fragmento de ilusión al qie llamamos realidad.

No era preciso pensar nada, todo venía solo, sin buscarlo, sin esperarlo, al final de cuentas, tus planes no eran mas que posibles desenlaces que se alterarían en cualquier momento, ante el mas pequeño capricho de aquello que tan libremente nos atrevemos a llamar destino.

Y bajo el manto de la incertidumbre me alejaba de mis preocupaciones, de todas y cada una de mis preguntas acerca de qué era lo que seguía para mí, dolor, frustración, felicidad... eran todo ll que me conformaba y era lo que me seguiría formando

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