miércoles, 13 de febrero de 2013

La lata de café

-Bueno- comencé a decir temeroso, el aire era... Sí, no frío, tampoco era cálido. Solo escuchaba como giraban las manecillas de un reloj  por ahí, a lo lejos. La luz no era suficiente como para vernos perfectamente. Para ser franco, me asustaba hablarle después de tanto tiempo ¿a quién no? Y sobre todo con lo que estaba a punto de pedir.

-se que hace mucho que no hablamos- continué diciendo temeroso -Y, que probablemente me ves como un idiota y un patán... O te pareciera que eres como mi ultimo recurso. pero sabemos que no es así, sabes que te guardo algo especial, y que quiero devolverte mi corazón- mi respiración estaba alterada, tenía miedo a una negativa, yo sabía todo, ella no confiaría tanto después de lo que pasó (y pasaba últimamente), sabía que a ella no le gustaba encontrarme decaído  siempre... Después de tanto... Terminaba acudiendo a ella, quería tomarla delicadamente con mis manos y estrecharla con mis brazos, sentir su frialdad y el gélido sentimiento que siempre me producía.. Pero no me atreví, sabía que me miraba enojada, que me fulminaba. Bueno ¿a quién engaño? Ni siquiera me miraba. Tras una pausa breve,  que yo sentí eterna me di valor para continuar

-puedo prometerte no caer así de nuevo, así, tan fácil. Solo promete que me apoyarás a pesar de lo estúpido que sea y parezca  que no me dejarás caer tan fácil .. Bueno se que en si todo viene siendo mi culpa, que solo te uso, que debería tomarte mas en cuenta, pero ya sabe como soy, es difícil que te lo pida tan seguido... Sabes que tuviste mi corazón por mas de 3 años,  no es justo que me trates de esa mane... Bueno lo merezco  por imbécil  por tonto, solo mírame  después de casi un año de olvido, vengo a pedirme que me cuides, se que no es justo, pero es lo que tengo y puedo ofrecerte- buscaba las palabras mas adecuadas para convencerla, para no verme tan estúpido, pero no las encontraba.
El tiempo seguía pasando, segundos se comían minutos y minutos horas, y como siempre el tiempo se me iba entre las manos. Sin poder resolver nada. Su color era oscuro, pero se lograban ver destellos claros, raro, pero así eran.

-solo quiero que me dejes, no se por cuanto tiempo será, pero quiero que sea- solo esperaba que me encarara lo que estaba pasando, que me dijera "y ¿si decaes pronto? ¿si tu mismo quieres tropesar con tu misma piedra? Pues aun ahí andas. No podría contestar ninguna pregunta y me decaería por su complemento pero no me dijo nada, nunca lo había hecho, ni lo haría.
-gracias- dije al tiempo que fabricaba una timida sonrisa -se que nunca me defraudaras, guarda mi corazón pero no demaciado... O al menos eso espero-
Sonrei y me acerque a ella, la tomé y la abrí. estaba hecho, ahora solo debía regresar a su lugar.en aquella lata de café, mi corazon estarí tranquilo... O al menos, por un tiempo

MIGUEL YAHIR CÁZARES SOLORIO
MYCS

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